jueves, noviembre 23, 2006

Ni voto ni me callo





En plena campaña electoral y en medio de un bombardeo de mensajes que invitan a votar, los abstencionistas por convicción permanecen estoicos: no han votado nunca ni piensan hacerlo el próximo 2 de julio, manifestando así su rechazo a todos los candidatos, mientras el IFE no tiene más herramientas que la promoción del voto.

Claudia Altamirano

Desde que cumplió su mayoría de edad, hace 20 años, Joel ha votado una sola vez. Motivado por la curiosidad, acudió con su madre a emitir el que sería su primer y único voto, pues tras esa fecha decidió no volver a votar por nadie, desanimado por el fraude electoral y las inconsistencias de la política nacional. Su rechazo es tal, que no está registrado siquiera en el padrón electoral del IFE, pues considera que nadie puede obligarlo a pertenecer a una lista de electores bajo el pretexto de una identificación oficial.

"Una sola vez voté y creo que era para presidente municipal, cuando aun no existía el IFE. No volví a hacerlo porque no creo en la política mexicana ni en sus políticos. Creo que la falta de cultura del voto no viene de una falta de educación, sino de una ausencia de gobierno real", argumenta.

Incluso, este microempresario de 38 años asegura que si alguna ley lo obligara a votar, tacharía toda la boleta para anular su voto, pues definitivamente no cree en la política. Asimismo, afirma que, si pudiera, convencería a todos sus compatriotas de no votar, a fin de manifestar una insatisfacción general con éste sistema político. "Si hubiera alguien que me convenciera, sí votaría, porque sí creo en el voto, pero bajo este esquema, el voto da lo mismo, porque es la mayoría de una parte muy pequeña de votantes".

Como Joel, en México hay cada vez más ciudadanos que renuncian a su derecho al voto ante la falta de opciones y la decepción que les han causado los partidos y los procesos electorales. Sólo en la última elección federal para renovar el Congreso, en 2003, el 59 por ciento de la población no acudió a las urnas y solamente en 6 estados el número de votantes rebasó el 50 por ciento del padrón, de acuerdo con un estudio del Instituto Federal Electoral.


Y la cifra de votantes parece ir en descenso: el estudio del IFE indica que la elección presidencial de 1994 registró el nivel de abstención más bajo de los últimos 20 años, con un 24 por ciento; seguida de la histórica elección del año 2000, cuando ésta cifra ascendió a 36 por ciento. En cuanto a la elección de legisladores, en 1991 el 34 por ciento de los electores se abstuvieron; para 1997 la cifra creció hasta 42 por ciento y repuntó en 2003, llegando hasta el 59 por ciento.



Y es que las personas confían cada vez menos en los partidos y sus candidatos, "Los políticos cambian de un partido a otro con mucha facilidad (...) no existe esa plataforma de partido, solo intereses. A las personas que no votamos nos dicen que para exigir tenemos que votar, pero ¿Si yo no me identifico con ningún candidato? Además los políticos en este país no cumplen con lo que prometen en las campañas", lamenta Joel.

Hombres, los más excépticos

Resulta paradójico que un país que exige democracia, no quiera participar en ella. Este fenómeno tiene varias lecturas, pero la más directa sería que el abstencionismo es la manifestación de una ciudadanía desinteresada, desgastada por la insatisfacción de sus necesidades, señala la consejera electoral del IFE, Teresa González.

Para la funcionaria, la democracia tiene que ver con la calidad de vida de cada habitante del país y el ejercicio de gobierno; donde hay altos índices de desigualdad y amplios sectores de la población que quedan excluidos de los bienes básicos, se trata de un gobierno que no responde a las necesidades sociales, que influyen directamente en la participación ciudadana. "Son ciudadanos insatisfechos con la democracia en términos de lo que ha aportado y de los resultados que da en su vida inmediata, cotidiana".

Contrario a lo que pudiera esperarse de una población que no ejerce su derecho al voto, entre los "abstencionistas" destaca una mayoría de hombres, de entre 20 y 30 años, que viven en zonas urbanas. Los estados donde históricamente se ha registrado un mayor índice de abstencionismo son Guerrero y Coahuila, siendo alcanzados en la última elección federal de 2003 por Baja California, que apenas rebasó el 30 por ciento de participación.

Ante este panorama, el IFE realiza campañas de invitación al voto a través de spots y de programas de educación cívica, impartidos a los funcionarios de casilla en el momento de su capacitación y al gran público en escuelas, centros patronales, empresas y organismos civiles. El objetivo: recuperar la participación ciudadana en la vida pública, no sólo en las elecciones sino en la toma de decisiones públicas, más allá de los procesos electorales.

Pero no sólo los partidos políticos son objeto de desconfianza para los ciudadanos. La posibilidad de contar con dos o más credenciales de elector con domicilios distintos, despierta la suspicacia de muchos votantes, quienes ponen en tela de juicio la fiabilidad de un padrón que no controla la duplicidad de credenciales.

Y es que, aun cuando una persona no puede votar dos veces con la misma credencial o con otra, pues en la lista nominal se tiene un solo registro y se emite una sola boleta por persona, lo cierto es que tener dos credenciales de elector sirve para identificarse con un domicilio distinto al real, al realizar trámites o pagos.

"El registro no es confiable, pues hay muchas personas que tienen dos credenciales con el mismo nombre pero diferentes direcciones, yo conozco dos casos, por lo menos. Entonces, ¿que tan fiel es ese padrón? Por eso ni siquiera estoy registrado, y para identificarme puedo usar mi pasaporte o licencia de conducir", señala Joel, a lo que la consejera González simplemente responde "Pues si, estos usos irregulares de la credencial de elector, desde luego que pueden afectar el sentido, el propósito de este documento y genera confusión".

Ganadores de minorías

La legislación mexicana no contempla la posibilidad de un segunda vuelta en sus comicios. Un candidato resulta ganador en los comicios siempre que tenga un mayor número de votos por sobre sus adversarios, aun cuando el porcentaje de población votante haya sido muy bajo. Bajo este esquema, un solo voto podría hacer la diferencia y otorgaría el triunfo a un candidato que no fue electo por la mayoría de la población.

En países como Chile y Perú, un candidato no resulta ganador hasta que obtiene una mayoría absoluta, aun cuando haya tenido más votos que los demás. Ello asegura que el ganador será un funcionario electo por una gran parte de la población, y no sólo una minoría. Hasta ahora el congreso mexicano, de mayoría priísta, no ha intentado acceder a este esquema.

"Es un tema muy complejo", apunta la consejera, presidenta de la comisión de cultura cívica del IFE. "Es meternos en los sistemas electorales y a revisar los regímenes parlamentarios donde se contempla esto; hoy por hoy, este es nuestro sistema electoral, que tiene sus ventajas y desventajas, pero esto tiene que ver con las historias nacionales en términos de las normas y leyes, con nuestras características específicas tenemos esto, pero creo que es tan válido el uno como el otro".

Precisamente por ello, destacó la consejera, es importante que todos vayan a votar, pues cualquier porcentaje de votos, sea menor o mayor, decidirá quien gobierna el país los próximos seis años.

Si no votas, ¿cállate?

Octavio se decepcionó de la política mexicana desde que, en su adolescencia, comenzó a enterarse -a través de los medios- de lo que sucede al interior de los partidos y los gobiernos. Como Joel, no se inclina por ningún partido y cree que ninguna figura extraida de ellos sabrá gobernar este país. A sus 31 años, no ha votado ni una sola vez, y su credencial de elector se usa sólo como identificación. La parte trasera de su credencial, donde se perfora en cada elección, está intacta.

"Nunca he votado porque no creo en un sistema gubernamental como tal. Ningún candidato me ha convencido para que logre alguna especie de cambio social en el país. Nuestros padres han votado, nuestros abuelos, y si les preguntamos, siempre nos dicen que nunca han visto cambio alguno en el país con los diversos representantes del pueblo. La politica es solo una total sed de poder para lograr sus objetivos personales", argumenta.

Y las campañas de promoción del voto no surten efecto en estos abstencionistas por convicción. Para Joel, la campaña "Tu rock es votar", que invita a los jóvenes a votar bajo el lema "Si no votas, cállate", es errónea, incongruente y excluyente. Considera que cualquier ciudadano que pague impuestos y cumpla con sus obligaciones civiles tiene derecho a quejarse de un mal gobierno, aun cuando no haya votado por él.

"Entonces, a los que no votaron, ¿les cobran menos impuestos? No. ¿Podemos desobedecer y estar fuera de la ley? No. De cualquier modo eres ciudadano, eres contribuyente y pagas impuestos aunque no estes dado de alta en el SAT, por lo tanto, tienes derecho a exigir y quejarte", sentencia.

Asimismo, Joel considera que ni los músicos ni ese mensaje son el modo más adecuado para invitar al voto, pues, señala, en lugar de decir "cállate", deberían explicar la importancia del voto y la consecuencia de su omisión.

"Si en una elección votó el 34 por ciento de la población, ¿los electos van a gobernar sólo para ese porcentaje? ¿Los demas no existen? Nos vamos del país los que no votamos? Nos borran de todo registro? Si no puedo exigir por no haber votado, entonces que no me cobrren impuestos ni me pongan obligaciones civiles. Esa campaña es una incongruencia y es excluyente", puntualizó.

Por su parte, Octavio afirma que se trata de una simple estrategia publicitaria que no surtirá efecto, cuyo mensaje representa un acto de intolerancia; "¿Por qué nos habríamos de callar? Nadie tiene el derecho de hacerte callar por no hacer algo que no quieres", reclama.

Para la elección del próximo 2 de julio, Joel y Octavio harán lo mismo que en años anteriores y que seguirán haciendo mientras no haya un candidato que los convenza: dejar su boleta electoral intacta. "Ni voto ni me callo", responde Octavio.

lunes, noviembre 20, 2006

El machismo disimulado


En el Día Internacional de la Mujer, las únicas 4 mujeres que han sido candidatas a la Presidencia de México reflexionan sobre la participación de la mujer en la política y la sociedad y coinciden en un señalamiento: el machismo de hombres y mujeres sigue ahí, pero ahora se esconde en el clóset.

Claudia Altamirano

México cuenta en su historia democrática sólo 3 mujeres entre sus aspirantes a la presidencia: Rosario Ibarra, Marcela Lombardo y Cecilia Soto, a quienes hoy se suma Patricia Mercado. A propósito del Día Internacional de la Mujer, las ex candidatas y la actual, rechazan que la misoginia haya puesto obstáculos en su carrera política, pero afirman que el todavía latente machismo se deja entrever en la violencia, la minimización del trabajo de la mujer y una disimulada actitud de rechazo a sus propuestas. Los hombres, dicen, ya nos reconocen pero aun nos limitan.

México tardó 65 años en registrar una candidatura femenina, hasta 1982, cuando el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) presentó a Rosario Ibarra como la primera candidata a la presidencia. Prestigiada luchadora social, fundadora del comité Eureka en pro de los desaparecidos, exiliados y presos políticos, doña Rosario no enfrentó ninguna limitante a su candidatura por el hecho de ser mujer: con el estandarte siempre presente de su hijo Jesús Piedra, desaparecido en 1975, se vió apoyada desde el primer momento por numerosos grupos de izquierda y un amplio sector de la sociedad que exigía justicia, impactado aun por las atrocidades de la guerra sucia.

Pero la candidatura de Ibarra rompió más de un mito: además de ser mujer, no contaba con la preparación académica y la experiencia política que ostentaban siempre los candidatos; ella era solamente "la madre de un desaparecido", lo cual daba fuerza y sustento a su petición de justicia. "Muchos me decían 'señorita licenciada' y yo les contestaba 'ni señorita ni licenciada'. Ese fue el precedente que establecimos, que cualquiera, hombre o mujer, de cualquier nivel, puede aspirar a ser presidente", señala con orgullo la activista, que recién cumplió 79 años, el 24 de febrero pasado.

Además, su candidatura hacía pedazos la muy admirada pero falsa política exterior del gobierno mexicano, que rompía relaciones con los dictadores y asilaba a sus víctimas, pero cometía las mismas violaciones contra sus propios gobernados. "Con mi candidatura logramos dar a conocer esto en el ámbito internacional y abrimos espacios en la ONU y otros organismos; ese fue uno de los beneficios de que yo tuviera esa candidatura".

Sin embargo, no todos parecían apreciar este avance de la participación femenina en la política, como lo demostraba un periódico -"de esos libelos que no valen la pena" como la misma Rosario lo llama-, que publicaba en su primera plana: "Salida del metate quiere ser presidenta". Además de cuestionar su capacidad para ocupar un cargo público, resultaba discriminatorio. "No es ninguna vergüenza saber manejar un metate, no hay ninguna deshonra en que una mujer trabaje en su hogar para el bienestar de su familia. Y aun cuando yo hubiese sido una mujer campesina que manejase el metate, tendría todo el derecho de cualquier ciudadano de participar en algo que nos concierne a todos", exclama.

El peso del aparato político priísta cayó sobre su candidatura, por lo que doña Rosario no deseaba contender nuevamente en 1988; empero, un muchacho que formaba parte de los grupos de izquierda a los que ella apoyaba, le pidió que no abandonara la lucha y volviera a ser candidata. Así, Rosario Ibarra se lanzó nuevamente a la grande, con el mismo resultado.

Tras haber establecido el antecedente de ser la primera mujer candidata a la presidencia en México, y haber dado espacio y voz al Comité Eureka en el Congreso -siendo diputada federal-, Rosario Ibarra descarta por completo la posibilidad de contender nuevamente por un cargo público. "No, yo ya no estoy para eso, se necesita mucha fuerza", dice mientras ríe, cual si para seguir buscando a su hijo a más de 30 años de su desaparición, y seguir luchando al lado de las familias de más de 250 desaparecidos, no se requiriera de una extraordinaria fuerza.

Cambiar la mentalidad

Tras el evidente triunfo en 1988 del Frente Democrático Nacional en las urnas, la izquierda intentó revivirlo seis años después, sin éxito. Ello obligó al Partido Popular Socialista (PPS) a lanzar un candidato propio: Marcela Lombardo.

Era la tercera vez que aparecía el nombre de una mujer en las boletas electorales, lo que generaba un buen ánimo entre la población femenina, que asistía en mayor medida a los mitines para apoyar a la candidata y pedirle su apoyo: "Yo sostengo a mis hijos", "Yo no tengo esposo", "Se fue a Estados Unidos, ayúdeme porfavor", eran las demandas de madres solteras, esposas de migrantes o mujeres, simplemente, abandonadas.

Pero no todos apoyaron a Marcela. Su condición de mujer y su parentesco con el fundador del partido, Vicente Lombardo Toledano, generaron inconformidades –discretas pero perceptibles- al interior del partido e, incluso, el rechazo se manifestaba en algunos de los hombres que asistían a sus eventos públicos: permanecían ahí, pero se mantenían apartados para no ser vistos apoyando a una mujer.

Luego de que el PPS perdiera su registro, Lombardo decidió ocuparse de lleno en la difusión del pensamiento lombardista a través del Centro de Estudios Filosóficos y Políticos Vicente Lombardo. Ahí, en su despacho, Marcela señala que la lucha más importante en materia de equidad de género radica en cambiar la mentalidad tanto de hombres como de mujeres, pues "también hay mujeres que no les importa la vida política, que no quieren participar, o que esperan a ver qué dice el marido o el sacerdote, eso aun no se acaba de cambiar", lamenta la maestra.

Lombardo señala la independencia como parte medular de la igualdad, por lo que recomienda a todas las mujeres "ser suficientes a sí mismas y a su familia, que no dependan de nadie, eso va formando otra mentalidad".

Independencia, primero en la cartera

Marcela Lombardo no sólo contendió en 1994 con hombres por la presidencia de la República; desde el Partido del Trabajo, otra mujer competía con ella en la carrera presidencial: Cecilia Soto, quien coincide con Lombardo en ese punto: "la independencia de una mujer empieza en su cartera".

Para ser autónoma, una mujer precisa experimentar lo que es ganar su propio salario y decidir sobre él, a decir de Soto, quien actualmente se desempeña como embajadora de México en Brasil, país en el que, asegura, la participación económica de las mujeres rebasa ya el 42 por ciento.

La educación como herramienta para combatir la desigualdad de género encuentra un obstáculo en lo que la Cecilia llama "educación sentimental", refiriéndose a ciertas ideas y valores perpetuados generación tras generación, que inducen una dependencia moral y emocional hacia los hombres. "Es un trabajo generacional, tomará tiempo romper el techo de cristal, es una cultura que se va ganando generacionalmente", puntualiza la embajadora.

En su campaña de 1994, Soto encontró una actitud positiva pero sobre todo de curiosidad, "les parecía extraño una mujer que hablaba sujeto, verbo y complemento sin equivocarse", recuerda. Las candidaturas femeninas, afirma, son consideradas como un ejercicio democrático, pero no son tomadas en serio; pues no hay suficiente confianza en que una mujer pueda ganar, estando arraigada aun en el inconsciente colectivo la idea de que lo natural es que las responsabilidades de gran riesgo las ejerza el hombre.

Lo anterior denota la persistencia de un "pragmatismo machista" , que aplaude a la mujer que lucha, pero no le permite llegar hasta el final de su objetivo, basándose en la desconfianza hacia su capacidad. "En la medida en que más mujeres ejerzan el poder se va quitando esa percepción y se sustituye por la idea de que las mujeres tienen la misma capacidad. Es importante que las mujeres vean a más mujeres", señala Soto.

Techos de cristal

Con este fin, la que fuera presidenta del extinto partido México Posible y hoy abanderada del Partido Alternativa Social Demócrata y Campesina (PASC), Patricia Mercado, ofrece a las mujeres, de llegar a Los Pinos, desarrollar políticas para romper las "paredes de cristal en que aun están encerradas las mujeres pero que nadie ve", en referencia a las limitaciones laborales y sociales que aun enfrentan las mujeres, en un entorno de supuesta igualdad. "Las mujeres ya están en todos lados pero están en nichos, no pueden entrar en todas las actividades productivas, hay techos invisibles, pues su ascenso dentro del trabajo tiene un tope, aunque parezca que se les da oportunidades, son limitadas", asegura.

En este contexto, Mercado subraya la necesidad de aplicar la recomendación de la Organización Internacional del Trabajo sobre los ejercicios de valoración comparable en las empresas, dado que, cuando una mujer accede a una profesión, ésta se desvaloriza en términos salariales; "como en los telares, donde hasta que se volvieron electrónicas las máquinas y no requerían una fuerza enorme para ser operadas, fueron ocupadas por mujeres, pero les siguieron pagando como costureras, mientras que el hombre ascendió a ingeniero textil".

Su plataforma política incluye, en materia de género: la promoción de la píldora del día siguiente, la despenalización del aborto, regularizar la capacidad de las mujeres para ser dueñas de tierras en el campo; flexibilizar los requisitos para otorgarles financiamiento para proyectos productivos y hacer compatibles los horarios de escuela y trabajo, a fin de que las mujeres no deban tomar la disyuntiva entre familia y trabajo, "dejemos la carga arcaica de México de que las madres se encarguen de la vida familiar", apunta.

Pero el reto mayor, en opinión de la candidata del PASC, es resolver la ruptura que generó la liberación de las mujeres en una sociedad que aun no sabe cómo hacer este nuevo tránsito. Patricia afirma que la violencia contra las mujeres ha crecido porque no se aceptan sus nuevos roles, y pone como ejemplo los asesinatos en Ciudad Juárez, reflejo del rechazo al trabajo femenino y su autosuficiencia. "Todos añoran el viejo tiempo en que las mujeres estaban en la casa. Hay una ruptura muy fuerte, hay muchos hombres viviendo solos y esto a veces genera rencores hacia las mujeres".

Pese a ello, Patricia Mercado está segura de sus posibilidades de ganar la elección, confiando, precisamente y sobre todo, en la participación de las mujeres, que la lleven a ser la primera presidenta de México y la quinta de Hispanoamérica por elección popular.

Desafían al SIDA


Un creciente número de hombres en Estados Unidos y México ha convertido el sexo sin protección en una ideología, argumentando que el SIDA no se transmite por vía sexual, o buscando el contagio como un modo de “liberación”.

Claudia Altamirano

Tras analizar los patrones de su vida sexual, Alfredo comprendió que, si después de su primera vez, no ha vuelto a usar preservativos, encajaba en la categoría de “pasivo bareback”, de manera que decidió anunciarse así en un sitio web de encuentro gay. El resultado: más posibilidades de encuentros. El riesgo: contraer el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Su postura: no teme el contagio porque el SIDA, asegura, no es una enfermedad de transmisión sexual.

Alfredo forma parte de un creciente número de hombres que, en Estados Unidos y México, han renunciado al preservativo como una forma de desafiar al SIDA, ya sea porque buscan adquirir el VIH o porque creen que no es sexualmente transmitible, sino que se desarrolla dentro del cuerpo como consecuencia de un debilitamiento del sistema inmunológico; lo que significa, de acuerdo con ésta hipótesis, que no es una enfermedad mortal y que el sexo desprotegido no implica ningún riesgo.

Esta práctica es conocida como bareback, cuya traducción es “montar a pelo”, aunque su interpretación práctica es el sexo anal sin protección. Aunque el sexo desprotegido entre hombres ha sido siempre una práctica común, ésta nueva tendencia de rechazo al condón tiene diversas motivaciones: obtener mayor placer, desafiar el peligro como en un deporte extremo, jugar con el VIH a una suerte de ruleta rusa, en una orgía donde participan seropositivos y negativos; o quienes están convencidos de que el riesgo en esa práctica, simplemente, no existe.

“No existen evidencias clínicas de la infección como tal, el virus no es una enfermedad adquirida, es un debilitamiento del sistema inmune por estrés, exceso de medicamentos, automedicación, el exceso de conservadores en los alimentos enlatados. Por lo tanto, no hay riesgo de contagio en el sexo sin condón”, asegura Alfredo, mientras sostiene en sus manos un libro de Christine Maggiore titulado “¿Qué tal si todo lo que sabes sobre SIDA fuera mentira?”, que contiene testimonios de personas alrededor del mundo que presuntamente se “recuperaron” del SIDA con un tratamiento de refuerzo del sistema inmune.

Revalorar el SIDA
Como Alfredo y la autora del libro, hay cientos de personas convencidas de que toda la información conocida sobre el SIDA es parte de una complicidad entre gobiernos, medios informativos y empresas farmacéuticas para controlar a la población, imponer el uso del condón y obtener beneficios del VIH. Incluso, un organismo llamado Organización Internacional para el Replanteamiento Científico del SIDA, promueve entre la población la firma de un documento que exige a los editores de la revista Nature realizar una encuesta entre sus lectores sobre un posible debate sobre el tema entre los virólogos David Baltimore y Peter Duesberg, éste último defensor de la hipótesis de que el SIDA no es causado por el VIH. Hasta el momento, ha reunido 174 firmas.

Como una forma de resistencia, quienes apoyan esta idea del sexo “natural” lo plantean como “un movimiento de revaloración del SIDA”, que rechaza toda la información ofrecida durante los últimos 25 años por la comunidad médica internacional, organizaciones civiles y medios informativos. La que fuera denominada como la pandemia del siglo veinte hace apenas un par de décadas, hoy ha sido reducida por éstas personas a un mal crónico controlable, comparándolo con el cáncer y la diabetes.

Riesgos múltiples

Esta idea “relajada” del SIDA podría haberse alentado por el avance científico en la materia, que ofrece más y mejores medicamentos a los seropositivos, quienes ya no se enfrentan a una muerte rápida y desgastante como antaño, afirma Jorge Saavedra, director del Centro Nacional para la prevención del SIDA (CENSIDA), quien advierte, por otro lado, que éstos fármacos no son una solución mágica, “además de su alto costo, con el tiempo desarrollan resistencias y es necesario cambiar constantemente el tratamiento”, apunta el galeno.

Sobre los llamados bug chasers, que ven el contagio como una “bendición” o como “el momento más excitante de su vida”, confiando en que los antiretrovirales los mantendrán vivos, Saavedra explica que el estar infectado “no es el final de la historia”, pues las cepas del virus mutan al pasar de una persona a otra y se van volviendo resistentes a los fármacos, corriendo el riesgo de desarrollar una cepa multiresistente que inutilice a casi todos los fármacos existentes; amén de lo que le cuesta al estado otorgar nuevos tratamientos a quienes no pueden pagarlos.

Por si fuera poco, agrega el médico, los homosexuales tienen mayor riesgo de adquirir el VIH, pues el ano tiene 10 veces más probabilidades de infección que la vagina, pues ésta tiene recubrimientos y fluidos que la hacen más resistente, siendo menos susceptible que la vía anal.

Pero esto no exime a las mujeres de ser contagiadas al estar excluidas de la práctica del bareback. “Me he topado con muchos hombres casados, obviamente bisexuales o gays de clóset, que tienen relaciones con hombres sin protección; me he encontrado vecinos en el vapor que son casados”, relata Alfredo.

Sin barreras
“El bareback se practica en todos lados –prosigue-, casi nadie usa condón. Pero en muy pocos lados se anuncia como tal, sólo en las orgías, para atraer más gente. En los cuartos oscuros de los bares gay casi nadie trae condón. Muchos al principio lo piden pero ya en el calor de la situación, la protección pasa a segundo término, y en esos sitios van pasando de uno a otro, en medio de un fuerte olor a semen, a sangre, orina, excremento y sudor concentrado”.

La red de Internet es una herramienta básica para el encuentro bareback, a través de chats, correos y sitios de información sobre esta práctica que la proponen como “sexo al natural”. Incluso, un sitio web de los Estados Unidos que funge como “directorio bareback”, incluye a un hotel en Acapulco que ofrece la posibilidad de un encuentro sexual en terrazas y jacuzzis al aire libre, ostentándose como “amistosos hacia los gays”.

En contraparte, el sitio web Anodis.com, que ofrece información sobre los homosexuales, sus derechos, noticias sobre los avances en la lucha por su reconocimiento legal y sitios de encuentro, advierte en numerosos artículos sobre los riesgos del bareback y promueve el sexo seguro.

En este contexto, el director de Censida rechaza que el bareback sea una forma de liberación contra una imposición social: “Esta interpretación la darán muchos como justificación, pero ¿cuál imposición? Si se siguen manteniendo 800 millones de relaciones sexuales desprotegidas al año en México”.

Precisó también que, de los 4500 nuevos casos de SIDA presentados en el último año, el 96 por ciento se dió a causa de relaciones sexuales desprotegidas, de las cuales, un 52 por ciento fueron entre hombres (gays y bisexuales); a pesar de toda la información y advertencias que hay a ese respecto.

“Pertenezco a la generación de hombres que nos enseñaron que el condón era parte misma del sexo; incluso hay quienes les causa excitación el ponerlo, pues te enseñan a disfrutar el sexo a través del condón, cosa de la que yo estoy totalmente en contra; creo que la naturaleza humana nunca se ha puesto barreras mecánicas entre dos personas. Es como comprarse una paleta y comersela con envoltura, que fea sabe”, argumenta Alfredo.

El diseñador textil arguye que los condones, “digan lo que digan”, son ásperos, además de que generan una disociación mental: “Lo tengo dentro o no?”. Y aunque muchos hombres heterosexuales aseguran que no hay diferencia en la sensación, Alfredo deduce que no han llegado hasta el límite de su sexualidad; “los gays sí somos muy dados a explotar al máximo de lo que nos toca gozar en la vida, nos damos ese permiso, esa libertad, ese cinismo de hacer lo que nos da nuestra regalada gana”.

Fredy ha tenido varios amigos que murieron de SIDA, pero afirma que ninguno tuvo la información que él tiene hoy, por lo que todos asumieron inmediatamente que iban a morir, sin imaginar que había otras opciones.

“Nunca nadie te dice que del SIDA te puedes recuperar, siempre te condenan a muerte y te matan desde ese momento (...) El tener sexo no tiene porque ser una sentencia de muerte. Yo llevo 15 años teniendo sexo así y estoy vivo. Me pongo condón o me muero, ¡que flojera! Si mi sexualidad va condicionada en esos parámetros, que panorama tan triste”.

Subestimar la vida
El doctor Saavedra clasifica el bareback en dos motivaciones básicas: la tendencia de los más jóvenes a correr riesgos y, en los adultos, la influencia de una baja autoestima; derivada, a su vez, de diversas razones, como estar ya infectado con el virus, o porque en esta sociedad no encuentran su rol como homosexuales, siendo algo socialmente aceptable en Hispanoamérica. “Quien es adulto y sabe del riesgo que corre de contraer una infección mortal, y aun asi lo asume, probablemente no estime tanto su vida”.

El galeno atribuye este problema de autoestima, en parte, a la sociedad; pues es dificil mantener una buena autoestima donde se sufre el rechazo de todos por una preferencia sexual; limitándolos a expresar su orientación sexual es en la intimidad del sexo o en el contacto por Internet. “Ser seropositivo o ser gay es suficiente razón para que algunas familias corran a sus hijos de la casa y esto desencadena otro problema: es mas inestable, tiene mas baja la autoestima, es mas difícil que sea constante en su tratamiento, todo a causa de una situación moralmente desgastante, como es vivir expulsado del seno familiar. En un ambiente homofóbico no se les puede pedir alta autoestima”, refirió.

Y lanzó una importante advertencia: la presencia de un médico colombiano –del que Censida aun no confirma la identidad- que imparte conferencias en México en las que afirma que el VIH no existe, sin tener ninguna base científica que sustente su hipótesis. Saavedra indicó que muchas personas podrían creerle, empero, afirmó que utilizar esta idea como argumento para no usar preservativo es una justificación de su baja autoestima, que los lleva a asumir este riesgo.

“Pero no se les puede culpar, si se hablara de culpas, sería una culpa social, por tener estos niveles tan altos de homofobia que hace que personas con alto riesgo en el VIH no tengan una mayor autoestima y decidan tomar estos riesgos tan altos”, concluye el funcionario.

Por su parte, Alfredo dice no tener miedo de contraer el VIH, en cambio, teme que el cáncer que padeció su madre pueda ser hereditario. “Quiero tener la oportunidad de recuperarme si eso pasara, no morirme de SIDA, mantener bien mi sistema inmune y no morir en un hospital del sector salud”, comenta.

-¿Confías?

-Sí. Tengo fe.

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/136512.html