viernes, diciembre 14, 2007

Da México trato de animales a migrantes

Mientras la estación migratoria del Distrito Federal no puede ofrecer cobijas limpias ni garantizar una llamada telefónica a quienes ahí son retenidos, el Instituto Nacional de Migración no reporta los rubros específicos en que gasta su presupuesto y, cuando se le cuestiona al respecto a través del IFAI, niega la respuesta o envía información errónea.

Texto y foto: Claudia Altamirano

Dormir en un pasillo cubierto por una cobija sucia. Comer alimentos en mal estado y tener un garrafón de agua, pero nada con qué beberla. Recibir una receta errónea por parte de un médico prepotente y sufrir insinuaciones sexuales por parte de un policía. Para los migrantes que son detenidos en la estación migratoria del Distrito Federal, esto es el pan de cada día.

Así lo reportan los activistas de la organización civil Sin Fronteras, que aboga por los derechos de los migrantes y que ha documentado éstos abusos y carencias; que no corresponden al presupuesto asignado para las estaciones migratorias por parte del Instituto Nacional de Migración (INAMI).

Ante las insuficiencias denunciadas por los migrantes, Sin Fronteras solicitó al INAMI, a través del Sistema de Solicitudes de Información (SISI) del IFAI, datos sobre el presupuesto ejercido en la estación migratoria de Iztapalapa y los rubros específicos en que se gasta; obteniendo respuesta en una sola ocasión, con datos de la estación migratoria de Tapachula.

En una consultoría externa solicitada por Sin Fronteras, se hicieron 250 preguntas al Instituto a través del SISI, a fin de conocer los montos precisos del gasto en alimentos, agua, servicios médicos y de limpieza. Con previo cobro de 4.50 pesos por las copias del documento, el INAMI entregó información inexacta e incongruente; por lo que la consultora, Friné Salguero, hizo uso del recurso de revisión que el IFAI otorga a quien recibe información no satisfactoria.

Sin embargo, señala la consultora, este recurso es aplicable una sola vez; lo que deja al solicitante impedido para reclamar nuevamente si la información vuelve a ser limitada.

En el caso de Sin Fronteras, señaló la coordinadora de Vinculación, Karina Arias, el INM no sólo volvió a responder de manera insuficiente, sino que solicitó a la ONG un pago de 800 pesos por su informe 2007 de estaciones migratorias; documento que tampoco detalla los gastos específicos.

El acceso a éste mismo informe fue negado a El Universal por parte del INAMI, pese a que se trata de información pública.

Durante la presentación de resultados del programa IFAI Comunidades, Salguero precisó que el INAMI reportó un gasto en alimentos durante 2006 de 11 millones, 505 mil pesos; 357 mil 421 pesos en agua –sin especificar si fue envasada o corriente- y un millón 890 mil 716 pesos en servicios de limpieza. “Si hay tanto dinero –exclamó Friné-, ¿por qué sigue sucio y la gente prefiere dormir en el suelo?”

Durante los años 2005 y 2006, Sin Fronteras recibió el testimonio de 87 acusaciones por mala calidad en los alimentos; 139 quejas sobre la falta de condiciones para el aseo e higiene personal y 87 casos en que la comunicación con sus países de origen fue imposible; ya sea por el mal estado de las casetas telefónicas o por una restricción en el tiempo de las llamadas.

Así lo refiere el informe sobre la Situación de los derechos humanos de la población migrante en las estaciones migratorias del DF y Tapachula; señalando también 281 declaraciones de las que no se entregó copia al migrante; 37 acusaciones de violencia psicológica, verbal y sexual ejercida por funcionarios; 17 denuncias por trato indigno en el servicio médico y 30 casos de extorsión, ejercida principalmente, por personal de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).

Pese a estas inconsistencias presupuestales, el informe del INAMI proyecta crear, para 2008, el puesto de “especialista en estaciones migratorias”, que implica la contratación de 354 nuevos funcionarios con un gasto de 64.9 millones de pesos anuales; la compra de 30 nuevos vehículos “para traslados cortos entre estaciones migratorias”, con un gasto de 41.8 millones; inclusión de cepillo y pasta de dientes, desodorante y rastrillo en el paquete básico de enseres para los migrantes, para lo cual gastarían dos millones de pesos –aun cuando contemplan donaciones-; 52 millones en nuevo equipo de oficina y sólo 960 mil pesos en equipamiento médico.
Romero niega maltrato

La comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Cecilia Romero, rechazó que la estación migratoria de Iztapalapa en el DF tenga carencias en servicios para migrantes, como alimentos en buen estado, agua y llamadas telefónicas gratuitas.

“Sin Fronteras dice eso, pero nosotros tenemos todo bajo control, sobre todo en la estación del DF, ¿eh? No tenemos nada de carencia. Especialmente en el DF tenemos una gran supervisión”, aseguró.

Asimismo, la comisionada, quien fuera presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe del Senado en la pasada Legislatura, rechazó que la institución haya negado información a Sin Fronteras. “Se les ha atendido hasta la saciedad”, aseguró.

En entrevista, subrayó que toda información pedida por Sin Fronteras, de forma directa o por la ley de transparencia, ha sido contestada, por lo que no sabe “qué más sea necesario”.

Pese a que la organización defensora de los migrantes ha mantenido un proceso de solicitudes de información por un año, en el que se les ha entregado información imprecisa y hasta errónea, Romero afirmó que el Instituto Nacional de Migración ha hablado “ene número de veces” con ellos y dijo desconocer la queja de la organización civil.

Han sido atendidos, insisto, hasta la saciedad en todas las propuestas que hacen, en las quejas que presentan, en las visitas que hacen a la estación migratoria, en todas partes. No conozco el caso específico, sería muy bueno saber de qué se quejan”, puntualizó.

De existir algún problema con la entrega de información, refirió, debe consultarse al IFAI, para saber “por qué no les da la información que debe darles”.

Respecto a la adquisición de vehículos para traslados en la ciudad o entre estados cercanos para 2008, Romero argumentó que los automóviles que ahora tiene el Instituto “ya están muy chafas”, por lo que es necesario reemplazar las suburban por nuevos vehículos.

Una luz

Mientras los empleados de Luz y Fuerza del Centro instalan diablitos, alteran medidores y reciben gratuitamente el servicio de luz, a los usuarios se les castiga el gasto de energía con límites al subsidio, desprotección contra “colgados” y hostilidades; resultado, dice la Compañía, de la falta de recursos humanos y económicos.

Texto y foto: Claudia Altamirano

El humor de Marcela cambia drásticamente cada dos meses. Al ver el recibo de luz en su buzón, se disparan sus niveles de estrés, pues siente que su esfuerzo ha sido inútil: desde hace más de dos años dejó de planchar su ropa, olvidó la aspiradora y el horno de microondas, y desconecta todos sus aparatos al salir. Todo con la intención de reducir su consumo de energía, pues el cobro se triplicó de un recibo a otro: pasó de 400 a 1296, llegando hoy hasta los mil 940.

Al solicitar una aclaración, los empleados la responsabilizaron de éste cobro; argumentando que ése es su consumo real y que, si le parecía excesivo, revisara su consumo y su instalación eléctrica. Con la conocida hostilidad que los caracteriza, le explicaron que debe consumir menos de 500 kilowatts por hora (kwh) para evitar entrar en la tarifa DAC (doméstica de alto consumo), que se aplica al rebasar los 500 kwh y que no tiene subsidio.

Pese a que una familia regular no consume más de 400 kwh –unos 500 pesos- al bimestre, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recibió 2 mil 56 quejas en 2006 y mil 558 de enero a septiembre de 2007; siendo el cobro indebido la principal causa de las quejas.

Aunque el número de quejas ha ido decreciendo desde 2004 a la fecha, el número de casos en los que se logró la conciliación entre empresa y usuario también ha ido a la baja: 72 por ciento en 2006 contra 65 por ciento en el presente año.

"Esos cobros son legales", señala Edgar Olvera, coordinador ejecutivo de la subprocuraduría de servicios de Profeco, " lo que pasa es que mucha gente no sabe de ella y no mide su consumo para evitar entrar en ese esquema de cobro".

Mientras los usuarios deben ahorrar energía para no perder el subsidio, los trabajadores de Luz y Fuerza pueden gastar el triple sin pagar un solo peso: cuentan con el beneficio de no pagar la luz en tanto no superen los mil 500 kwh en su consumo; “cosa que nunca va a suceder, porque ningún trabajador tiene una mansión con tantos aparatos como para consumir eso”, afirma Benjamín, un ex empleado de la Compañía.

Los trabajadores son responsables de la mayoría de los errores en el cobro, admite Benjamín, por la forma en como toman las lecturas de los medidores: las “calculan” con base en consumos anteriores, las omiten o, incluso, llenan papeletas en las cantinas; para evitar hacer los largos recorridos que les tocan.

Así, el consumidor se encuentra a merced de errores u omisiones que les generan cobros altísimos, mientras Luz y Fuerza no tiene forma de controlar a sus trabajadores. Tanto la empresa como el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), justifican estas prácticas con la falta de dinero, que les impide adquirir nuevas tecnologías para la toma de lecturas y evitar errores.

“Ese tomador de lecturas que en vez de ponerte 100 kilowatts te puso mil, porque tiene mil servicios que ir a recorrer, ese ser humano está impedido de tener errores; porque así lo reclama la sociedad. Pero para que me pueda correr el patrón por cometer algún error, pues primero que me dé los elementos para trabajar”, argumenta Fernando Amezcua, secretario del exterior del SME.

Por su parte, el subgerente comercial de Luz y Fuerza, Elías Izquierdo, asegura que se encuentran en un proceso de modernización que subsanará las fallas que tanta molestia generan en la sociedad. La muestra, señala, es que las sucursales ya cuentan con computadoras, ya existe un sitio web y las quejas ya pueden presentarse por teléfono.


Siendo Luz y Fuerza la única empresa que provee de electricidad al Distrito Federal, la única alternativa para los usuarios es el ahorro; para lo cual la Compañía recomienda desconectar los aparatos y apagar los focos que no estén en uso y evitar, en lo posible, el uso de calentadores en ésta época de frío, pues sólo ese aparato podría triplicar el consumo regular.

miércoles, octubre 17, 2007

Ambulantaje: ¿por necesidad?

Dice la vox populi que en México “deja más un puesto que una carrera”. Esto lo tiene claro José, quien a sus 17 años ya tiene estructurado su plan de vida laboral: al concluir los estudios de preparatoria, se inscribirá en pedagogía y, al mismo tiempo, seguirá trabajando el puesto de encendedores que tiene en el Centro Histórico; pues su ingreso, dice, es mejor que lo que ganará con su carrera.

Su puesto fue uno de los removidos con el proceso de reubicación de ambulantes del perímetro A del Centro Histórico. Pese a las negociaciones realizadas entre el gobierno capitalino y sus líderes, los ambulantes decidieron no esperar a que estén listos los predios: se colocaron en las calles del perímetro B, que no está contemplado en el plan de reubicación.

Así se trasladó José a la calle Independencia para seguir vendiendo.

Los involucrados en el comercio informal coinciden en la gran rentabilidad de este negocio, excepto los líderes. Ellos siguen argumentando la necesidad y el desempleo, pero los especialistas y los mismos comerciantes afirman que, aun cuando hubiera más empleo y una mejor economía, el ambulantaje no desaparecería.

El arquitecto y urbanista Víctor Hofmann, señala que los vendedores ambulantes, más allá de existir por necesidad, entienden la dinámica económica de las ciudades; por lo que siempre van a tratar de buscar los lugares donde el flujo de personas sea mucho más numeroso, atraídos por un ingreso que no sólo les permitirá subsistir, sino tener una ganancia y un excedente. Ellos saben que vender en la calle representa ganancias muy superiores a las que tendrían dentro de una plaza comercial.

Las calles, explica el académico de la UNAM, son un mercado cautivo con grandes posibilidades de venta, “lo que hace que ellos estén ahí felices de la vida, porque tienen una venta segura al día, situación que se exponencializa durante las romerías”. Es por ello que la lideresa Alejandra Barrios insiste en que se les permita reinstalarse durante la romería decembrina; lo que significaría que el Centro haya quedado libre de ambulantes sólo ocho días.

“Si bien muchos de los ambulantes surgen por la necesidad de tener un ingreso, y al tener un empleo formal dejen su puesto, también hay muchos otros que entienden que nunca ganarán lo mismo en el trabajo formal que en el ambulantaje. Esos, aunque mejore la economía, seguramente seguirán ahí”, refiere el especialista.

Para el economista Abelardo Mariña, el proyecto económico de las últimas décadas es el responsable de éste esquema, “una persona que le ofrecen una chamba con salario mínimo, sin prestaciones, con horario completo, pues prefiere dedicarse al comercio informal, donde seguramente obtendrá mayor ingreso”, puntualiza el maestro de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Aunque Alejandra Barrios asegura que el proceso de reubicación impacta la economía de cientos de familias, que están en riesgo mientras el gobierno del DF concluye los trabajos de rehabilitación de los predios prometidos, sus agremiados sólo tuvieron que cruzar el Eje Central Lázaro Cárdenas –donde siguen instalados- para seguir vendiendo.

Uno de ellos difiere de la lideresa. Mario, un ginecólogo retirado que hoy trabaja un puesto, reconoce que los ambulantes “sólo piensan en ellos mismos y no en el peatón” y califica como “normal”, que los retiren de las calles.

“Si nosotros estamos transgrediendo la ley, somos los que invadimos las calles; tenemos que ser conscientes y pensar en el bien común”, admite el comerciante.


http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/87116.html

viernes, septiembre 14, 2007

Laicización tenebrosa

Que día.

Un tratamiento frívolo por la mañana infló a tal grado mi vanidad, que olvidé la náusea que me causan -inevitablemente- los treces de septiembre. Pero la euforia me duró poco, pues lo que tuve que ver y oir el resto del día me dejaron las neuronas francamente exhaustas.

"La laicización en el mundo está haciendo cumplir la sentencia de Nietszch, 'Dios ha muerto'. Como respuesta, Doctoievsky agrega 'muerto Dios, todo está permitido". Esta barbaridad, que cualquiera esperaría escucharla de Serrano Limón, Carlos Abascal o algún ilustre miembro del Yunque o el Opus Dei, la escuché del rector de la Universidad La Salle. Sí, con todo y las faltotas en los nombres de esos notables escritores -los cuales escribí mal a propósito, para dejarlo justo cómo lo dijo él-, sí, esta aberración la dijo el rector de una de las grandes universidades privadas del país.

Es de esperarse que sus discursos tengan orientación y contenidos religiosos - es La Salle-, pero mi espanto surge de los cientos de kilómetros de distancia entre recordar a sus alumnos los principios católicos, y atacar directamente al estado laico; culpándolo de las iniquidades -e inequidades- del mundo. Esta "realidad tenebrosa" que vivimos actualmente es, según el rector de la ULSA (un hombre pequeño de tamaño y de conciencia, misma que compensa con grandes complejos), culpa de la "laicización".

Tratando de recuperarme de mi shock, seguí escuchando al hombrecillo con personalidad hitleriana; no tenía otra opción, pues yo fui a acompañar a un muy ilustre y respetable -ese sí- maestro en la entrega de un reconocimiento a su impecable carrera. Haciendo mi mejor esfuerzo por no salir corriendo, me soplé el resto de su arenga, que concluyó con reverencias a la virgen guadalupana y un exhorto a los alumnos para que hicieran lo mismo en su vida diaria.

No entiendo por qué, si los ateos respetamos las creencias de los religiosos, por absurdas que nos parezcan y sea del culto que sea, ellos siguen siendo tan intolerantes -entre ellos y hacia nosotros-, hasta grados francamente medievales.

Mujer Jesucristo......

Aqui va otra de mis blasfemias: Elena Poniatowska no solo cruzó la frontera de la objetividad y tiró por la borda años de profesionalismo periodístico al meter las manos al fuego por un político, sino que ademas, vamos aceptándolo, es muy mala en lo que hace. Acompañé a mi amigo a la presentación del cortometraje "Mujeres X", en cuya producción participó. Amén de lo mala que resultó ser la historia -o argumento-, lo que verdaderamente me sacó de quicio fueron los asistentes. Ni para qué perder tiempo en decir lo obvio sobre Marcelo Ebrard, su estupidísima esposa, la feminoide Malu Micher y algunas invitadas mal disfrazadas de la Corregidora. Pero el speech de Elenita de plano estaba para pedir clemencia: un poema espantosísimo que aludía a mujeres indígenas cuya vida se va en cocinar, lavar, obedecer al marido y atender a los hijos, pero que pretendía exaltar a la mujer hasta un grado divino -sin minimizar la gran tragedia que es vivir como esas mujeres en particular-, con fatales, grotescos resultados.

"Yo soy el agua, soy la que prepara tu comida, soy la que lava tu ropa.....soy mujer aire, soy mujer agua.... soy mujer Jesucristo, soy mujer Jesucristo, soy mujer Jesucristo", se atrevió a exclamar repetidamente, con esa voz escandalosa que lastima los oídos per se, pero que en el micrófono se vuelve una tortura.

No entiendo -y quizá nunca entenderé- ese culto y reverencia hacia las letras (y la persona) de esa mujer. Escribe muy mal y se adhiere a intereses políticos que, de suyo, son oscuros y, sí, tenebrosos.

martes, julio 03, 2007

Ley antitabaco, letra muerta

Las leyes locales que protegen a los no fumadores son contradictorias y condescendientes, lo que, aunado a la indiferencia social hacia la denuncia, ha vuelto inoperable su aplicación. Desde su aprobación en 2004, sólo siete personas han sido infraccionadas y la SSP-DF no ha recibido ni una sola denuncia.

Claudia Altamirano
Foto: Octavio Hoyos

Un constante y agudo dolor en el pecho llevó a Jorge a la consulta médica. Faringitis fue el diagnóstico del doctor, quien atribuyó el mal a la contaminación y el humo del cigarro; aunque Jorge no fuma. Es su trabajo en una cantina del Centro Histórico el que lo expone todos los días a la inhalación involuntaria del humo. La receta incluyó antibióticos y mucha agua, con lo que las molestias cesaron dos semanas después, pero la necesidad de trabajar impide al mesero alejarse de ese ambiente nocivo.

El cigarro le resulta familiar, pues ha vivido sus 39 años expuesto a él: en la infancia a causa de su padre y ahora por su empleo. Aunque asegura no haber presentado ninguna molestia antes, el haber vivido siempre cerca de un cigarro le creó una aversión hacia el alcohol y el tabaco, por lo que nunca ha fumado. “Yo siempre veía a mi papá, entonces me crié con la mentalidad de no tomar ni fumar porque no quiero hacer sufrir a los demás”, argumenta.

Los no fumadores como Jorge, a pesar de constituir el 70 por ciento de la población mexicana, son una mayoría aplastada y no aplastante; sometida inevitablemente a un ambiente nocivo por diversos factores: una ley insuficiente, la necesidad del trabajo y la falta de una cultura de denuncia y defensa de los derechos; que ha convertido a la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores en letra muerta.

Centros comerciales, bancos elevadores, escuelas, bibliotecas, transporte público y todo tipo de espacios cerrados destinados al trabajo, son sitios donde dicha ley es transgredida todos los días. Peor aun: algunos empleados fuman dentro de las oficinas del Gobierno del Distrito Federal, órgano encargado de vigilar el cumplimiento de la ley antitabaco.

No obstante, desde su aprobación en 2004 en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, sólo han sido presentadas siete personas ante un juzgado cívico local por haber incumplido ésta ley. De acuerdo con la Consejería Jurídica del gobierno capitalino, entre los meses de marzo, abril y mayo de ese año fueron remitidas seis personas a los juzgados cívicos de las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón y Milpa Alta. Una persona más fue remitida a la delegación Venustiano Carranza en julio de 2005 y, en el año 2006 y lo que va de 2007, no se ha infraccionado a nadie más por este motivo.

Para llevar a efecto la ley antitabaco, es necesario que un policía capitalino remita al infractor a un juzgado cívico; ya sea por haber sido captado en flagrancia, o mediante una denuncia ciudadana. Empero, es necesario exhortar al infractor, antes de remitirlo, a apagar su cigarrillo o dirigirse al área de fumar y, sólo en caso de negarse, le podrá ser aplicada una multa; que oscila entre los 10 y 100 salarios mínimos.

Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública capitalina asegura no tener ni una sola denuncia presentada en los más de tres años que lleva vigente la ley, lo que, aparejado con las cifras de la Consejería Jurídica, demuestra que la llamada ley antitabaco sólo generó una ínfima respuesta en el año de su aprobación. Posteriormente, cayó en el olvido.

Un fumadero
Al mismo tiempo, la ley antitabaco del DF pareciera tener invertidas las cifras: aunque la población no fumadora en México (y en el mundo) es de alrededor de 70 por ciento, el artículo 13 de la ley obliga a todo establecimiento que venda alimentos y bebidas a reservar un área para no fumadores de, por lo menos, 30 por ciento del espacio total; mientras que para los hoteles el mínimo contemplado en la ley es de 15 por ciento.

Por ello, la población que no fuma debe conformarse con el pequeño porcentaje que la ley le otorga en los restaurantes; confinada a un espacio que, en la mayoría de los casos, sólo está separado del área de fumar por un letrero y unos cuantos metros, sin una barrera física que impida que el humo llegue al área de no fumar.

Pero no sólo los comensales se ven afectados por estas medidas. La Organización Internacional del Trabajo calcula que mueren al menos 200 mil trabajadores al año debido a la exposición al humo de tabaco en su lugar de trabajo.

Como dice Domingo, compañero de Jorge, la barra del bar es un fumadero. “Llegan muchas personas con los Delicados, con puros baratos, y aquí se hace una nube… yo ni fumaba pero ahora aquí pues acabé fumando también”. La barra se ubica muy cerca de la salida, por lo que hay mayor ventilación, pero los cocineros y meseros están del otro lado, sin poder evadir el humo.

Es por ello que Luis Alberto, al igual que Jorge, ya presentó problemas de salud. Con apenas tres meses trabajando en el bar, padeció mareos y malestar general por estar en la barra. “Como los señores se sientan frente a ti y empiezan a fumar, me mareaba. Llegaba a mi casa y me daba vueltas la cabeza, me sentía borracho, y yo no fumo ni tomo”, relata. Ante esto, su patrón decidió ocuparlo solamente como mesero, a fin de que tuviera más movilidad y no tuviera que estar todo el tiempo en medio de esa “nube”.

Gobiernos tímidos, ciudadanos débiles

Se trata de una lucha débil por parte de los no fumadores, asegura Justino Regalado, jefe del Departamento de Investigación en Tabaquismo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). El doctor puntualiza que la ley antitabaco es letra muerta por dos razones básicas: la timidez de los gobiernos para aplicar la ley una vez establecida, y la debilidad con que los no fumadores exigen el cumplimiento de sus derechos; lo que, afirma, no ayuda a que se cumpla con una normatividad existente.

“Los gobiernos no quieren molestar a los ciudadanos, quieren ganarse la simpatía de los potenciales votantes antes que establecer el bien común. Otro aspecto es el pobre compromiso de la sociedad, somos exageradamente pasivos y complacientes con los fumadores, porque no les exigimos respetar nuestro ambiente. Aceptamos con toda humildad las arbitrariedades que nos imponen en los espacios públicos”, puntualiza el investigador.

Otra normativa que ha sido transgredida es el Convenio Marco para el Control del Tabaco, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud. A decir de Jesús González, titular de la red México sin Tabaco, nuestro país fue el decimoséptimo en ratificar el Convenio y el primero en América Latina; pero fue también el primero en violarlo al firmar un convenio voluntario con la industria tabacalera.

En entrevista, el médico se refirió al segundo Reporte de la Alianza contra el Tabaco y la Red México sin Tabaco. El documento señala que México tiene un plazo de tres meses para garantizar que todos los paquetes de cigarros muestren advertencias sanitarias, preferentemente gráficas. Asimismo, el reporte advierte que la prohibición total a la publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco tiene como fecha límite el 27 de agosto de 2009.

El tabaco es la segunda causa de muerte en el mundo y la primera prevenible, de acuerdo con la OMS, quien promueve los ambientes 100 por ciento libres de humo de tabaco, como lema del Día Mundial sin Tabaco, a celebrarse el 31 de mayo. El organismo subraya el hecho de que cientos de miles de personas que nunca han fumado, mueran cada año de enfermedades causadas por la exposición al humo de tabaco ajeno.

“La mayoría de las personas en el mundo no fuma y tiene derecho no a estar expuesta al humo de tabaco ajeno”, precisa la OMS.

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/151401.html

jueves, junio 07, 2007

Mil dólares y caminar dos días, el precio por cruzar la frontera

Claudia Altamirano
Enviada

Santiago Juxtlahuaca, Oax.- Las paradas de los autobuses que viajan desde Oaxaca hasta Tijuana, se han convertido en puntos de encuentro entre migrantes y coyotes, quienes ofrecen a los campesinos cruzarlos al otro lado de la frontera con Estados Unidos a cambio de mil dólares; cantidad que es facilitada por los vendedores de boletos de autobús y cobrada a plazos, con un 20 por ciento de interés.

En el paso de la carretera federal se ubican varios locales que expiden boletos de autobús, con destino a las ciudades de Tijuana y Ensenada, principalmente. La dueña de uno de esos locales asegura que todos los viajeros van a trabajar al campo norteño, durante la época de siembra, para luego volver con sus familias en octubre. Pero no se trata sólo de migración nacional: al menos dos de esos vendedores de boletos permiten a los coyotes negociar “el cruce” ahí mismo y conceden préstamos para que puedan pagar al pollero que los llevará “del otro lado”. Después, cobra el dinero a plazos a los familiares que se quedan y reciben las remesas, ganando un 20 por ciento de interés por el préstamo.

El arreglo es fácil, lo difícil vendrá después. Basta preguntar al chofer del autobús con quién hay que hablar para llegar a Los Ángeles, Nueva York o cualquier ciudad estadounidense. El chofer asiente y manda llamar a un hombre que viajará en el mismo autobús: “Dile que alguien más se quiere ir para allá”, dice. El hombre se acerca cautelosamente, mirando alrededor y sin decir nada. Una vez estando con él, sólo hay que indicarle el sitio al que se pretende llegar. “Pero va a tener que caminar dos días”, advierte. “Tiene que pagar mil dólares allá, pa’ que la pasen... yo la llevo con la persona, pero va a caminar dos días”, insiste.

Dinero no es lo único que el coyote pide. Para asegurarse que haya alguien esperando al migrante en Estados Unidos, exige un nombre y un número telefónico. “Yo no los puedo dejar ahí tirados nomás, yo tengo que dejarlos con alguien”, argumenta el hombre, pero la creciente cifra de secuestros a migrantes deja abierta la duda sobre su verdadera intención.

“Hábleme el viernes para que me dé el número y se va en dos semanas”, promete mientras dicta un número telefónico de Phoenix, Arizona. “Le contesto yo... el ‘chilo’... porque primero necesito ver que sí sea el número, probar que sí tiene alguien allá”, reitera.

Siendo una de las principales ciudades del estado, Juxtlahuaca es una vía de paso para migrantes de todos los municipios circundantes. Una estampa típica en esa ciudad son los grupos de campesinos congregados en una esquina, esperando el camión que los llevará hasta la frontera. Las camionetas del transporte público entre municipios llegan aquí a descargar el pasaje que minutos después llenará el autobús. Esta escena se repite cada miércoles y sábado, días de salida de los camiones que, con un boleto de 900 pesos, habrán de llevar a coyotes y migrantes juntos hasta el sitio donde un pollero los llevará, por once mil pesos más, a la tierra prometida.

Migrantes ambientales

Aunque la pobreza sigue siendo el principal factor de expulsión de trabajadores del país, la deforestación y el cambio climático están provocando un desastre ecológico en el campo, que crea una nueva categoría en el éxodo: la migración ambiental.

Texto y fotos: Claudia Altamirano

Nochixtlán, Oax.- “El campo todavía da para comer, pero ya no para mantener a los hijos, pa’ que estudien”, asegura Arturo, habitante del poblado El Fortín y encargado de una tienda de abarrotes. Cuatro de sus siete hermanos emigraron a California, donde tienen empleos inestables pero bien pagados, lo suficiente para construirle una casa a sus padres con un pequeño negocio.

La familia se sostenía tradicionalmente del consumo y venta del maíz que sembraban, pero el uso de fertilizantes y la irregularidad de la lluvia secó sus tierras. “Ahorita tiene 15 días que no llueve, luego llueve 3 días, luego se quita ocho... No deja trabajar. Hay que revolver la tierra para que salga la húmeda de abajo, pero cuando ya se secó la raíz, ya no se puede”, explica el único de los 8 hijos que aun permanece al lado de sus padres.

La disparidad salarial y la falta de oportunidades han sido siempre los disparadores de la migración nacional e internacional, sin embargo,la deforestación, el uso de fertilizantes y los efectos del cambio climático están creando un desastre ecológico en el campo, que añade otra razón para huir de él..

“Los cambios climáticos, naturales y producidos por el hombre, tienen impactos cada vez más concretos y visibles en el movimiento de personas”, señala Michelle Klein, directora de Políticas, Investigación y Comunicaciones de la Organización Internacional para las Migraciones. “Los aumentos del nivel del mar, la deforestación y la degradación de zonas áridas, han producido y continuarán produciendo el desplazamiento masivo de personas ”, afirma.

Aunque México no es la excepción en esta problemática, las instancias oficiales y los especialistas restan importancia al asunto porque el tema ambiental, frente a la pobreza, no es una razón de peso. “No tenemos evidencia estadística de que esto sea un fenómeno que deba observarse, por su poca frecuencia”, afirma Carlos Welti, demógrafo del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Las instancias relativas a este fenómeno no consideran el factor ambiental como una motivación para emigrar: el Instituto Nacional de Migración, el Consejo Nacional de Población –dependientes ambos de la Secretaría de Gobernación-, la Secretaría de Medio Ambiente y el INEGI. Ninguno posee información sobre la influencia del medio ambiente en las migraciones.

Pero la realidad de los campesinos es otra. “La gente que se quiere hacer de una casita, un negocito, tiene que salir a trabajar fueras, porque aquí no se puede. Por eso ya mejor se quedan allá”, lamenta Arturo. En San Mateo Sosola, otro municipio cercano a Nochixtlán, Juan Rivera dejó secar sus parcelas, al no poder recuperar lo invertido en la siembra. De 8 mil pesos que debe invertir por hectárea, la escasa cosecha le hace recuperar sólo 3 mil. Es por esto que 11 de sus 12 hijos se fueron. Uno logró llegar a territorio estadounidense y el resto trabaja en el Distrito Federal. “Los jóvenes se van en cuanto terminan la secundaria, aquí sólo se quedan los viejos”, lamenta Don Juan.

Lo que en un momento fue un remedio hoy es un problema, afirma Eleazar García, presidente del Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam). La tierra, dice, se ha convertido en piedra por el uso de fertilizantes, mismos que hoy son indispensables para lograr la cosecha. Se trata de un círculo vicioso: el fertilizante seca la tierra, luego requiere más, pero si deja de llover se seca por completo.

Árboles por parcelas

Pero el factor más influyente en la degradación del suelo es la deforestación, producto del cambio de uso de suelo para las actividades agropecuarias, apunta la Comisión Nacional Forestal. Ello significa que quienes habitan las zonas rurales talaron los árboles para poder sembrar en ese terreno, sin saber que su ausencia provocaría sequía y, eventualmente, ya no podrían sembrar.

El coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Enrique Leff, precisó que el 90 por ciento del territorio nacional se encuentra deforestado, siendo los estados de Puebla, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Guerrero los que requieren atención prioritaria en esta materia.

De acuerdo con la Conafor, la superficie deforestada en Oaxaca es de 2 mil 644 hectáreas, que representan el 28 por ciento de la superficie total del territorio oaxaqueño, en tanto que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ubica 32 zonas forestales críticas, ubicadas principalmente en los estados de Michoacán, Morelos, México, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Tlaxcala y Veracruz.

El periodo de lluvia sigue durando lo mismo, pero la deforestación hace que llueva menos y con más alteraciones, puntualiza Cutberto Ruiz, meteorólogo de la delegación oaxaqueña de la Comisión Nacional del Agua. “Deja de llover algunas semanas y luego cae una tormenta, eso impide el desarrollo adecuado de la cosecha, pues los cultivos deben tener número de días de lluvia, no intensidad ni litros. Todo cultivo debe tener una distribución uniforme de la precipitación”, explica el especialista.

Ruiz Jarquin especificó que los bosques se encargan de distribuir la lluvia uniformemente e impedir el deslave de la parte alta, que afecta los cultivos de la parte más baja; proceso que se rompe con la deforestación. Es el caso de Chiapas, donde, de acuerdo con Mario López, coordinador de gerencias regionales de Conagua, los huracanes Mich y Stan provocaron deslaves, inundaciones y erosión que hubieran sido atenuados por los árboles.

“Analizando las precipitaciones del periodo comprendido entre estos huracanes, concluimos una cosa: con menos lluvia, hay más problemas. Llueve menos, pero con mayor intensidad; es un efecto claro de un problema severo de deforestación de la parte alta”, precisa el ingeniero.


“Aquí no hay quien no emigre”

Irónico resulta el caso del municipio de San Martín Peras, ubicado en la Mixteca alta. Considerado el principal expulsor de migrantes en toda la Mixteca, este municipio no sufre por falta de agua, sino por la irregularidad de las precipitaciones. De hecho, reconoce el presidente municipal, Francisco Ramírez, ese municipio no paga el servicio del agua. Sin embargo, el 50 por ciento de su población es migrante, 3 mil 500 de ellos permanentemente.
Aunque no cuenta con un censo local que especifique cuántos se han ido y cuántos permanecen en San Martín, el munícipe asegura que la población entera ha emigrado alguna vez en su vida, muchos de ellos, para no volver. “Aquí no hay quien no emigre. Vivimos la migración y se nos hace natural”.De continuar así, en 5 años la migración habrá alcanzado la totalidad del territorio nacional, advierte Martín Iñiguez, especialista en migración de México a Estados Unidos.

Actualmente, México cuenta con 60 municipios con bajos niveles de migración, pero si fracasa el actual modelo económico, en menos de 15 años el 20 por ciento de la población estará fuera del país y uno de cada 4 mexicanos radicará en EU, prevé el académico de la UNAM.

jueves, mayo 17, 2007

Felicidad sin hijos


La maternidad no es un destino ineludible ni una condición inherente a la feminidad. El número de mujeres que deciden no tener hijos va en aumento, anulando el prejuicio sobre la mujer "incompleta".

Claudia Altamirano

Escribir la columna de un diario, un proyecto de tesis y varios libros; atender a sus papás, sobrinos, amigas, su novio y sus gatos, son actividades que apenas dejan tiempo en la vida de Hortensia Moreno. A sus 53 años y después de varios matrimonios, vive sola y feliz. Sin padecer enfermedad o desorden reproductivo alguno, nunca tuvo hijos, pero ha entregado su vida a su profesión y su familia, sin sentir que le hizo falta algo para sentirse "plena" o "realizarse como mujer".

Periodista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), escritora y candidata a doctora en ciencias sociales, Hortensia asegura que, contrario a sentirse sola por no tener marido ni hijos, ella disfruta los pocos momentos de soledad que tiene. "Tengo sobrinos a los que adoro, no necesito que sean mis hijos. Además en esta ciudad es imposible estar solo, siempre hay alguien con quien convivir y compartir cosas", afirma.

Aunque reconoce que sí lo ha deseado en otros momentos de su vida en que las circunstancias no han sido idóneas, asegura que nunca lo ha lamentado. Alrededor de sus 35 años, se replanteó este tema, pensando que si no lo tenía en ese momento, ya no podría tenerlo posteriormente, pero tampoco sucedió.

“No creo que haya alguien que lo piense así permanentemente, no es militancia ni posturas políticas, son circunstancias y momentos de la vida y uno tiene que tomar la decisión de ese momento y afrontar la responsabilidad, incluso de equivocarse, tanto si te embarazas como si no”.

Siendo la coordinadora de Género y semiótica del Programa universitario de Estudios de Género, en su alma mater, Moreno atribuye al feminismo la posibilidad que hoy tienen las mujeres de elegir no tener hijos y seguir teniendo relaciones sexuales; acceder a educación, trabajo y prestigio, lo que permitió que la decisión de no tener hijos dejara de ser estigmatizada.

“Ya no nos vemos raritas”, expresa. Decidimos no tener hijos porque creemos que esa no es la manera de realizarnos en lo personal. La maternidad, sin que se haya vuelto un tema secundario, sí dejó de ser el tema que definía la vida de las mujeres. Hoy las mujeres buscamos aspectos identitarios en otros campos”.

Tradicionalmente el rol social femenino ha sido el de reproducir y educar, pero hoy, un creciente número de mujeres ha decidido anular ese papel para desarrollarse como individuo, no como madre. La maternidad, dicen, no es un destino ineludible ni una condición inherente a la feminidad; de manera que optaron por no tener hijos sin sentirse por ello “incompletas”.

La promoción del control natal y la incorporación de las mujeres en el sector productivo han resultado en un mayor conocimiento de sus derechos reproductivos, que incluyen la opción de no reproducirse. Al mismo tiempo, la maternidad y el desarrollo profesional no tienen una fácil simultaneidad en la vida de las mujeres, lo que, en muchos casos, las lleva a decidir entre hijos y carrera, señala la maestra Imelda Manzo, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.

Aun tratándose de una decisión personal, advierte, al romper el esquema de dejar el carácter reproductor, la mujer atenta contra ese patrón de comportamiento culturalmente establecido, por lo que es mal vista y considerada como “egoísta”.

“Yo amo mi libertad, siempre me ha gustado hacer lo que quiero, cuando quiero y a la hora que quiero sin ninguna restricción ni preocupación, así que considero que mi decisión también se debe a que soy un poco egoísta en cuanto a dejar a un lado mi vida para darle prioridad a la vida de alguien más”, confiesa Martha Elena, una mujer soltera de 40 años.

Su decisión de no tener hijos, explica, surgió porque no tiene paciencia para criar niños ni la convicción para dejar su vida a un lado mientras ellos crecen. Esta determinación nunca le representó un problema marital, pero cuenta que cuando inicia una relación seria con un hombre, siempre le advierte de su postura respecto a los hijos, a fin de evitar confusiones o desengaños posteriores.

Irónico resulta el caso de Martha, quien actualmente vive en Australia, país cuya política poblacional se enfoca a la promoción de la maternidad. Su índice de nacimientos es tan bajo, que ofrecen prestaciones y facilidades para residir ahí a extranjeros que puedan tener hijos en su territorio. Este fenómeno sucede, justamente, porque las australianas desean tener hijos cada vez menos. En México, en cambio, señala la maestra Manzo, podría resultar positiva esta tendencia, pues habría una mayor distribución de los recursos entre la población ya existente.

Descenso poblacional
Un estudio sobre fecundidad del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), señala que las transformaciones socioeconómico- culturales de los últimos 30 años determinaron el descenso de la fecundidad en nuestro país y en el mundo. Entre las principales causas, el INEGI destaca una mayor cobertura educativa y una creciente participación de la población femenina en las actividades económicas; así como la postergación del inicio de vida en pareja, el cambio en los ideales reproductivos relacionados con el número de hijos y los roles socialmente asignados a hombres y mujeres.

Así, las mujeres que viven en grandes urbes, las que cuentan con mayor escolaridad y las que participan en el mercado laboral, tienen menos hijos; tendencia que se reduce en estados como Guerrero y Chiapas, y crece considerablemente en el Estado de México y el Distrito Federal; de acuerdo con los resultados del II Conteo de Población y Vivienda 2005.

Paradójicamente, son éstas entidades las que presentan las que presentaron los mayores montos de mujeres en edad fértil: el estado de México con 3.9 millones y el Distrito Federal con 2.5 millones. La imposición del deseo femenino de desarrollarse individualmente sobre el de ser madres, se hace evidente en los números: aunque el 52.5 por ciento de las mujeres del país se encuentra en edad fértil, actualmente tienen un promedio de 1.9 hijos, y la cifra sigue decreciendo.

Lo anterior, precisa el estudio, es reflejo de los distintos momentos por los que atraviesan las mujeres en su ciclo reproductivo, y del cambio generacional en cuanto a los ideales y conductas reproductivas de la población.

“Somos como novios”

Alicia nunca jugó a ser mamá de sus muñecos ni imaginó, en la adolescencia, cuántos hijos tendría cuando se casara. Sólo una vez consideró la idea, pero una precaria situación económica y el miedo a los dolores del embarazo y el parto la hicieron desistir. Su esposo, al lado de quien ha pasado los últimos 13 años, tampoco quiere hijos, pues en su infancia ya tuvo que fungir como padre y madre de varios hermanos menores.

Con casi 37 años, Alicia cuestionó recientemente a su marido sobre este tema. “Estás seguro de que no quieres? Porque después ya no voy a poder”. Su respuesta volvió a ser negativa. Desde el principio de su matrimonio y hasta hoy, no han sentido el deseo ni la necesidad de “completar” su familia con niños, a pesar de la presión familiar y social.

“La vida de casados sin hijos es muy bonita. Somos como novios, no tenemos ningún compromiso, gracias a dios estamos bien. Si queremos salimos, nos vamos dos ó tres días, sin preocuparnos por un bebé y su cuidado. Así estamos muy bien”, asegura.
Su esposo es chofer y ella es ama de casa, ambos capitalinos. Viven con un perro que es su única responsabilidad, y asegura que nunca se siente sola. Tampoco cree que sea egoísta su postura, pues le parece peor traer un hijo al mundo para darle una mala vida.

“Yo les diría que no lo vieran así, no es importante. Si lo deseas sí, pero si no puedes o no quieres, pues hay otras cosas y personas a las que puedes amar, tienes mucha gente que te rodea. Se puede ser feliz sin eso y hasta sin esposo”.

Vejez sin nietos

Estas tres mujeres tienen una visión similar sobre la vejez. Coinciden en la multiplicidad de opciones para vivir una vejez plena, donde no necesiten hijos para sostenerlas, atenderlas en la enfermedad o hacerles compañía.

“La gente me dice que en algunos años me voy a arrepentir y que voy a estar sola. Eso no me preocupa mucho porque tengo algunos amigos con los que sé que puedo contar, además si cambiara de opinión, siempre existe el camino de la adopción. La cuestión esta en que no pienso cambiar de opinión, además en mi caso ya es algo tarde porque tengo 40 años y embarazarme por primera vez seria muy riesgoso, tanto para mi como para el bebé, y no seria justo para ninguno de los dos”, afirma Martha Elena.

La visión de Alicia es previsoria: “Yo le he dicho a Memo que tenemos que ahorrar para el futuro, porque no va a haber quien nos lleve un vaso de agua cuando nos estemos muriendo; pero también eso no es garantía, a veces aunque tengas hijos te abandonan. Nosotros no tendremos quien nos cuide, pero para eso tenemos que ahorrar y ver qué vamos a hacer. Además tenemos más familia, alguno de ellos puede cuidarte alguna vez, y cuando te mueras, pues tienes sobrinos a los que les puedes dejar una casa o lo que tengas”.

Hortensia se asume, a sus 53 años, como una mujer completa, con una vida satisfactoria. “Siento que no me equivoqué en absoluto respecto a esta decisión. he logrado un equilibrio en mi vida que me da la libertad de cualquier mujer de mi edad; las que tuvieron hijos tampoco están con ellos, ya se casaron, ya se fueron. No veo una diferencia brutal entre mis hermanas que si tuvieron hijos y yo. Y no me siento sola, tengo mi espacio, autonomía, hago lo que se me pega la gana. Mi vida es de una libertad que yo ni siquiera imaginaba”.

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/150879.html 

lunes, abril 30, 2007

Niños que cuidan niños


El nacimiento de Miguel* cambió por completo la vida de Jorge*. A sus nueve años, recibió un hermanito que, en lugar de un compañero de juego, se convirtió en una responsabilidad. El trabajo de su madre y la ausencia de su padre lo dejaron sin más opción que cuidar del pequeño, aun cuando no estaba listo para una tarea de ese tipo.


La escuela absorbe la mayor parte de su día, pero al salir, debe administrar su tiempo entre sus tareas y la atención a su hermano. Algunas veces se quedan solos en casa, otras se van a la casa donde trabaja su mamá como empleada doméstica, donde también tiene que vigilarlo, aunque su madre esté presente. Esta labor de hermano- padre, no satisface del todo a Jorge, quien reconoce que ha sido difícil para él saber qué hacer con un niño pequeño.

“A veces tengo mucha tarea y no sé qué hacer, tengo que hacerme cargo de las dos cosas al mismo tiempo, como que no da mucha alegría. Cuando era bebé no sabía que hacer con él, me ponía nervioso. Le decía a mi mamá que ya no lo quería cuidar, me enojaba. Ella dice que es mi hermano, que lo debo de cuidar y enseñar... pero yo como que no comprendía y me enojaba más”, reconoce el chico de quince años, cuya preocupación por su hermano es más parecida a la de un adulto.

A mitad de su adolescencia y con otro hermano por venir, Jorge admite que hubiera querido disfrutar de otro modo a su familia. “Me dicen que soy el hombre de la casa, que tengo más responsabilidades, que le tengo que ayudar a mi mamá, pero no me gusta mucho. Como que aun no me siento tan preparado para ser el hombre de la casa. Me gustaría primero prepararme, estudiar una carrera y ya luego ayudar en mi casa”.

El cuidado de un niño debe ser una responsabilidad exclusiva de los adultos, pues relegar en otro niño esa labor viola sus derechos fundamentales al impedirle estudiar o recrearse, asegura el jefe de la Clínica de Atención Integral al niño Maltratado del Instituto Nacional de Pediatría, Arturo Loredo. Se trata de una práctica común en nuestros pueblos, debido a que las familias eran muy numerosas; sin embargo, advirtió que es una cultura que no debe fomentarse. “Le estamos dando a ese menor una responsabilidad que él no pidió; es tiempo precioso que le estamos robando a ese niño”.

Por su parte, el representante de UNICEF en México, Daniel Camazón, calificó como “inaceptable” esta situación, sobre la cual, dijo, el gobierno y las organizaciones deben trabajar, a fin de garantizar espacios seguros para los niños mientras los padres trabajan.
Una de las consecuencias de esta dinámica, explicó, es que los niños que quedan al cuidado de otros difícilmente tienen tiempo para la escuela, “lo cual es fatal para su desarrollo, la violación de un derecho fundamental”, señaló.

En el marco del Día del Niño y de la presentación del estudio de Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños, Camazón recordó que los niños deben gozar del derecho a la recreación para su desarrollo integral y precisó que ningún argumento es válido para delegar en un niño la responsabilidad de un padre. “Ni la pobreza ni la marginalidad son razones para que los niños tengan que cuidar de otros niños en detrimento del ejercicio de sus propios derechos”, puntualizó.

Aunque el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral para la Familia ( DIF) no cuenta con datos nacionales ni estudios sobre niños que estén a cargo de otros más pequeños, se trata de una situación que existe y amerita ser conocida a mayor profundidad, señaló el funcionario de UNICEF. "Es difícil verlo desde la perspectiva de los padres, pues es muy claro que si están en esa situación es porque no tienen otra opción, pero la garantía del ejercicio de los derechos de la niñez empieza por los padres, compete a toda la sociedad pero ahí inicia".

Adultización

La razón principal por la que los niños deben cuidar de sus hermanos o primos más pequeños, es la necesidad de sus madres de trabajar, siendo ellas el único sostén del hogar. En México, el 9.2 por ciento de los hogares son monoparentales, es decir, que están compuestos por uno solo de los padres y sus hijos, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). De éstos hogares, alrededor del 80 por ciento está a cargo de una mujer, tendencia que ha crecido en 5 por ciento anual, según datos del Diagnóstico de la Familia Mexicana, realizado por el DIF.

Esta dependencia pone a disposición de las madres trabajadoras en México, para la atención y cuidado de sus hijos, mil 895 Centros de Asistencia Infantil Comunitarios ubicados en 427 municipios de sólo 25 estados; así como 511 Centros Asistenciales de Desarrollo Infantil, instalados en 26 de las 32 entidades, lo que denota la insuficiencia de este apoyo.

En otros escenarios, lo que obliga a los hijos mayores a cuidar de los menores no es el trabajo de los padres, sino su ausencia. Con 13 años de edad y viviendo a cargo de sus abuelos, Víctor debe mantenerse atento de su hermano menor, Alberto*, cuyo comportamiento se vio dramáticamente modificado a raíz de la muerte de su madre y la partida de su padre.

Además de asumir su propio proceso de pérdida, Víctor debe soportar y ayudar a su hermano en su duelo. “Me siento culpable porque él está más chiquito y está buscando un modelo a seguir, entonces se pone agresivo porque yo también me pongo agresivo”, admite el pequeño de apenas 13 años.

Aun cuando los menores de edad no son el grupo que dedica más tiempo al cuidado infantil, la cifra es alarmante si se considera que ningún niño debería realizar actividades que limiten sus derechos básicos, contemplados en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU. Actualmente, señala el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el 36 por ciento de niñas entre 12 y 19 años dedican alrededor de 8 horas a la semana al cuidado infantil; mientras que un 22.5 por ciento de varones en ese rango de edad, dedican a esta tarea seis horas por semana.

Otro de los fenómenos que detonan esta dinámica familiar es la migración. A decir de Daniel Camazón, UNICEF ha percibido una alta incidencia de niños que cuidan de sus hermanos en familias cuyos padres migran al norte del país para trabajar, generando dos escenarios: donde el hijo mayor trabaja junto con los padres para obtener mayores ingresos familiares, o bien que ningún hijo trabaja, pero el mayor se queda a cargo del resto mientras los padres lo hacen.

Cuando tienen una responsabilidad de este tipo, el proceso de maduración y aprendizaje de los niños se ve efectivamente acelerado, pero no es lo más sano para ellos, como muchos padres aseguran. “Los niños sí maduran y aprenden, pero no es el camino idóneo para que lo hagan”, refiere el doctor Loredo. El desarrollo de su personalidad y su autoestima se ven alterados, corren riesgos de accidentes y desorientación, que puede llevarlos a una mala aceptación de su vida, advierte el pediatra.

*Nombres ficticios

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/150481.html

viernes, abril 27, 2007

Debo estar loco

Publicado en el diario El Centro.
Foto: Octavio Hoyos

*A Misha.

La cárcel es un sitio peligroso y repulsivo, del que cualquiera huiría, de tener esta posibilidad. Pero aun entre los temibles centros de reclusión, existe uno al que cualquier reo quisiera ser trasladado: el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (Cevarepsi), una cárcel con atención psiquiátrica que recluye a 362 delincuentes inimputables; es decir, que al momento de cometer el delito no tuvieron conciencia o entendimiento de lo que hacían.

Aquí, los presos purgan condenas iguales a las de otros centros penitenciarios, pero aquí no circulan dinero ni drogas, no hay violaciones ni fajinas y la población es mucho menor, por lo que no hay hacinamiento, amén de que la comida, el medicamento y atención son mejores.

Pero los inimputables gozan de un beneficio mucho más atractivo que la comodidad: la preliberación es mucho más fácil para ellos, siempre que haya un familiar o aval responsable de ellos y de su tratamiento. Así, un preso condenado a 50 años puede salir del Cevarepsi en menos de un año si su familia garantiza que cuidará de él y demuestra sustentabilidad para el tratamiento.

Es por ello que muchos delincuentes simulan una enfermedad mental o una crisis para ser referidos a este Centro y, con suerte, ser recluidos permanentemente en ella: el 40 por ciento de los reos que ingresan al Cevarepsi estarán fingiendo para huir de alguna deuda en su reclusorio de origen o simplemente para purgar su condena más cómodamente.

De acuerdo con el jefe de la Unidad de Apoyo Técnico, Felipe García, de las 3 remesas por semana que llegan al Cevarepsi, integradas por entre 1 y 5 reos provenientes de los reclusorios, al menos dos son farmacodependientes que buscan evadir una deuda relacionada con su adicción, o delincuentes aconsejados por abogados o familiares para buscar su traslado a un mejor sitio.


Empero, en los diez años de historia del Cevarepsi, sólo un reo "cuerdo" permanece ahí, pero no porque haya logrado engañar a los psiquiatras, sino gracias a la corrupción de un juez que recibió dinero para declararlo inimputable.

Juan*, un comerciante de Tepito que, a sus 23 años, mató a otro por rivalidad en espacios de poder de la zona. Aunque fue farmacodependiente, no padece ningún trastorno mental, pero su familia ofreció dinero al juez (con éxito) para que el homicida purgara su condena de 50 años al lado de enfermos mentales y no de reos de alta peligrosidad.

Corrupción aparte, ninguno de los mentirosos ha logrado su objetivo, pues simular alucinaciones es apenas la primera parte del acto que tendrán que montar. "Cualquiera puede construir un discurso sicótico, pero en algún momento caen en contradicción y se delatan", afirma García.
El psicólogo precisa que su gestualidad y contradicciones los delatan en la primera entrevista y, si pasan de ahí, al poco tiempo evidenciarán su salud mental con una conducta mas segura, una inusual higiene y, principalmente, al negarse a seguir tomando un medicamento que ya les está provocando síntomas: angustia, sudoración, insomnio y temblores en las extremidades.

Aunque ya hayan fabricado una crisis nerviosa, voces y personas imaginarias o autoagresiones, una vez en el Centro, se investiga si tiene algún historial clínico que avale su padecimiento. De no existir, genera sospechas. Se les aplican diversos exámenes y el resto, resulta obvio para los especialistas.


Una vez descubiertos, los tramposos son devueltos al reclusorio.

*Nombre ficticio.



La casa ¿de la risa?


En la periferia del Reclusorio Sur se encuentra el Cevarepsi. Al llegar al ultimo de sus múltiples accesos, tres internos miran a los visitantes a través de una reja, curiosos, mientras las visitas se registran. La puerta se abre y Kurt Cobain da una estridente bienvenida con su música y sus advertencias suicidas. Cuando se portan bien, se les permite poner música, sin restricción de géneros.

La mayoría se acerca solamente a saludar, "Buenas tardes", dicen al extender la mano. Algunos se reúnen alrededor de la cámara para ver la foto que se les acaba de tomar. "Periodista, sáquenos una foto por favor!" grita en el área 1 un interno que fue encerrado todo el día por haber agredido a otro.

En el área 1 están los mas deteriorados y en la 5 los más funcionales. Algunos ya mayores, como don Joaquín Herrera, de 60 años; quien se queja de lo injusto de su sentencia: 2 años y medio por robar unos limpiaparabrisas.

Algunos internos son no solo funcionales, sino que son demasiado listos. Uno de los únicos dos reos que ejerce su derecho a la visita conyugal, ha pedido que se le permita la visita, además de su esposa, de su concubina; para lo cual tiene que tramitar su pase de entrada, disposición que está en proceso...


En contraste, hay al menos 20 a los que sus familias ya no los quieren ver más. Concluyeron sus condenas y permanecen ahí, pues no hay quien se haga cargo de ellos. En algunos casos, dice Don Felipe, es complicado pedir que se los lleven porque su delito fue violencia doméstica, de manera que al regresar con su familia seguramente la lastimará de nuevo.

Vergüenza

La mayoría de los enfermos mentales son abandonados por sus familias, pues retenerlos implica un costo muy alto en todos los sentidos: atender a una persona que no se vale por sí misma (en algunos casos), que tiene alteraciones conductuales, que es o fue drogadicto; amén del alto costo de su tratamiento: solo el medicamento cuesta alrededor de mil 500 pesos mensuales.

Por ello, los centros de reclusión para inimputables buscan a la familia para que, una vez concluida la sentencia, se lleven a su pariente; pues la ley impide a las autoridades liberar a un enfermo que no podrá ser responsable de sí mismo.

Sin embargo, ante la renuencia de algunos para llevarse a su familiar, algunos trabajadores sociales del Cevarepsi se han visto obligados a llevarles personalmente al enfermo hasta su casa, a fin de no dejarles otra opción mas que aceptarlo.

"El enfermo mental causa problemas en una familia (…) por eso normalmente lo ven como un descanso cuando se le encierra", señala Catalina Borcegui, subdirectora del Centro Femenil de Readaptación Social Tepepan y ex funcionaria del Cevarepsi. "Algunos hasta se cambian de domicilio o no abren la puerta, fingen que no los conocen".

La funcionaria explica que la búsqueda de los familiares empieza antes de que concluya la medida de seguridad o sentencia, a fin de sensibilizarlos respecto al problema y que no les cause temor recibirlos de vuelta. Se les ofrecen opciones de instituciones donde pueden asilarlos en caso de no poder mantenerlos, empero, se necesita la colaboración de la familia, "porque no es solo 'aquí se lo dejo' y ya".

Este abandono familiar es un agravante para el problema de sobrepoblación que de por sí tienen estos centros como todas las cárceles; por lo que, a decir de Felipe García, ya se analiza la posibilidad legal de acusar por "abandono de persona" a quienes no quieran responsabilizarse de su familiar.


De acuerdo con la doctora Consuelo Vázquez, directora del Cevarepsi, ésta situación lo vuelve un asilo, más que una cárcel. "Hay una dualidad jurídica", señala la doctora. "Por un lado nos dicen que no los podemos poner en la calle solos, y por otro nos dicen que no debemos tenerlos más tiempo del que dicta su medida de seguridad. Es una irresponsabilidad también el dejarlos salir a la calle sin que alguien responda por ellos".

"Los locos no se entienden"


Alejandro es un hombre alto, delgado, moreno, bien parecido. Era modelo y quería ser actor. Su adicción a la piedra arruinó estos planes, pero en el comercio también le fue bien. A pesar de sus errores, era un hombre talentoso. Hoy, asesora a sus compañeros en la alfabetización y sirve los alimentos, mientras purga su condena. Harto de los conflictos y abusos de su madre, la mató.
Abandonado por su padre a los 9 meses de edad, Alejandro sufrió prostitución infantil, incesto, violencia física e inducción a las drogas por parte de un esporádico padre. Este cocktail de vivencias se convirtió en esquizofrenia y, durante un brote sicótico aderezado con un añejado rencor, le golpeó la cabeza con un palo. "Me dolió mucho que yo siempre viera por mi madre y ella siempre detrás de mi, tocando la puerta para meterme el chocho en la boca", confiesa.

Su nivel de lucidez y el de estudios le impiden entablar amistad con sus compañeros. "Nuestro mal es psiquiátrico, entonces es muy difícil que dos locos se entiendan. No he podido sacar algo positivo de encuentros o pláticas con enfermos como yo".

Dos intentos de suicidio se suman a su historial, plagado de desgracias.

¿De que estabas tratando de escapar?

"Pienso que de la responsabilidad a madurar, siempre se me dio todo y la carencia es un momento de mi vida me resultó muy difícil... No quiero hablar de remordimientos, no quiero hablar de haber crecido en una familia disfuncional pero si el hecho de enfrentarme a mi mismo, me resultó muy difícil, de eso quería escapar".

Gente normal

Ángel no tiene, como Alejandro, un rosario de tragedias en su vida que vuelvan obvia su esquizofrenia. Una familia completa, negocios productivos en Zacatecas y un talento artístico inobjetable, no ayudan a explicar por qué violó a 8 personas y mató a dos de ellas. Frecuentes crisis de epilepsia que detonaron un brote sicótico puede ser la explicación, pero su comportamiento educado y sus obras de arte contraponen a la persona con el delito que cometió.
"La familia sobreprotege, cuando quise cortar el cordón umbilical ya estaba grande y fue difícil. Tuve crisis muy graves: en un periodo de 48 horas tuve 117 convulsiones (…) que me provocaron daño cerebral, por lo que caí en crisis sicótica, empecé a escuchar voces ", relata el reo.

En el taller, Ángel comparte la mesa con Quiñones, otro esquizofrénico lúcido y funcional. Muestran con orgullo la constancia de su tercer lugar en el concurso nacional de ofrendas. Una imagen de Fidel Castro en la pared hace confesar a Quiñones su empatía con el mandatario cubano.

"Lo que pasa es que mucha gente cree que un enfermo mental es demencia completa, pero es muy diferente. Si tiene buen comportamiento y una terapia, puede llevar una vida normal. Nada más que hay personas que se avergüenzan mas de decir que tienen un enfermo aquí, que decir que tienen un familiar en un reclusorio. Porque está loco. ¿Cuántas gentes afuera llevan una vida normal siendo esquizofrénicos? Más que nada es la falta de información".

lunes, marzo 19, 2007

Adictos al dolor


Involucrarse constantemente en relaciones destructivas no es una cuestión de actitud o insensatez. La codependencia es una patología que requiere la misma atención que el alcoholismo y otras adicciones.

Claudia Altamirano

Discutir con su esposo hasta llegar a los insultos era lo cotidiano para Consuelo*, pero esa noche, tocó fondo. Con la adrenalina y la rabia hasta el tope, él detuvo el automóvil –en el tercer carril- y le abrió la puerta para que bajara. Sin importarle el flujo vehicular, ella descendió del carro y se quedó ahí, de pie, esperando –deseando- ser arrollada. Él arrancó y ella no recuerda qué pasó después ni cómo llegó a su casa.

Tras este episodio, ella supo que su relación con ese hombre estaba destruyendo su vida. Durante 13 años mantuvo una relación intermitente, llena de violencia física y emocional, de la que también fue víctima su hijo, con quien reconoce que “se desquitaba”. Pese a todo esto, cada vez que se separaban, Consuelo caía en depresiones incapacitantes, “Era como estar muerta en vida, él era mi oxígeno, mi droga”, dice. Sus fugas eran el alcohol, cigarro en exceso, el sexo y más relaciones destructivas: se relacionó al mismo tiempo con otros hombres igualmente enfermos.

Este patrón tenía sentido, aunque ella no podía verlo: con un padre alcohólico y golpeador, una madre -por tanto- coalcohólica y un hermano abusador, la pequeña Consuelo bloqueó todo en su memoria pero se dedicó a buscar en sus parejas el amor que no obtuvo de su padre; para lo cual, tenía que relacionarse con hombres similares a él.

Acompañando a su hermana, quien también se involucró en una relación destructiva, acudió a un grupo de autoayuda, donde, indirectamente, descubrió su condición: era codependiente. Llegó victimizada, creyendo que su marido era el “ogro malo” por someterla a todo tipo de abusos, pero ahí se dio cuenta de que, en una relación de codependencia, están tan enfermos el uno como el otro.

“Quienes presentan esta patología, culpan habitualmente al enfermo alcohólico y están esperando manejar su alcoholismo, sin darse cuenta que ellos son los que están enfermos”, señala el doctor José Ángel Prado, director técnico de adicciones del Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC).

En entrevista, el especialista explicó que se considera codependiente a la persona que sostiene una relación afectiva que daña todas las áreas de su vida y, a pesar de ello, no la rompe.

Amar demasiado

Las personas que presentan esta patología dependen en gran medida de los demás, midiendo su valor con base en la opinión que otros tengan de ellos. Tienden a confundir la lástima con el amor e intentan cualquier cosa para mantener la relación con el adicto, pues les da la sensación de ser útiles para él. “En ocasiones incluso mantienen el alcoholismo de la pareja para continuar con esta relación perversa de codependencia”, advierte el médico.

Cuestionado sobre las razones que motivan a una persona a soportar esto, Prado García argumentó que existe un beneficio oculto en este tipo de sufrimiento: “Les da una sensación de utilidad, de valor, y porque desafortunadamente no han llegado a aceptar que ellos tienen un problema”.

Codependientes anónimas, el grupo al que Consuelo pertenece, señala como características de la codependencia: patrones de negación, sumisión, baja autoestima y control; teniendo frecuentemente como origen un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades de atención, cuidados y cariño.

Estas necesidades insatisfechas motivan a buscar parejas emocionalmente inaccesibles, a quienes puede intentar cambiar “con su amor”. Acostumbrado a la falta de amor, el codependiente está dispuesto a esforzarse más por complacer; haciendo cualquier cosa para evitar que su relación se disuelva.

Como vocera del grupo, Consuelo explica que las codependientes disimulan su necesidad de controlar a la gente bajo la apariencia de ser útiles; evadiendo la responsabilidad de su propia vida al involucrarse con personas problemáticas. Los episodios depresivos, comunes en esta patología, son fácilmente olvidados con la excitación que proporciona una relación inestable. En el caso de las mujeres codependientes, es común escuchar que los hombres respetuosos y tranquilos les parecen “aburridos”.

Una encuesta de CONADIC muestra que el 90 por ciento de las mujeres maltratadas vive con un alcohólico. Por ello, es muy común el coalcoholismo, presente en mujeres –y hombres- que dependen de una relación con alguien que, a su vez, depende del alcohol. Sin embargo, no todos provienen de familias fragmentadas o afectadas por la adicción de uno de sus miembros.

Vivir para él
Alejandra sostuvo, por nueve años, una relación que mostraba signos de disfuncionalidad desde los dos meses. Pese a que su novio se relacionaba constantemente con otras mujeres, ella hacía todo por seguir a su lado: faltaba a su trabajo, se alejó de sus amigos y llegó a llamarle hasta 30 veces al día por teléfono. “Vivía para él y para que él quisiera estar conmigo. Nada tenía sentido si no estaba yo con él”, admite. Él, por su parte, la acusaba de inventar cosas, le decía que estaba loca, y ella empezó a creerlo. “Todos me decían “sí puedes dejarlo”, pero yo no podía, de verdad no podía”.

Al no ver satisfecho su deseo de pasar cada minuto con él, la depresión de Alejandra se intensificó; la habían despedido de dos empleos y no tenía ya ganas de vivir. De visita en la Expo mujer, vio de lejos una leyenda en uno de los estantes: “Cuando amar significa sufrir, no es amor, es adicción”. Plenamente identificada con la frase, acudió a Codependientes anónimas; pero al conocer los casos de las demás, sintió que no tenía nada que hacer ahí.

“Al principio yo no identificaba por qué era codependiente, aquí hablaban de familias realmente disfuncionales y yo no, en mi casa no hubo carencias económicas ni alcoholismo; y eso fue lo que más trabajo me costó. Identificar por qué era yo codependiente”, relata Alejandra. Las sesiones con el grupo despejaron su incógnita: un padre dependiente de una madre neurótica, que vivía sólo para ella, fue su ejemplo. Siendo muy parecida a su padre, era repudiada por su madre, a quien jamás logró agradar; por lo que se relacionó siempre con personas parecidas a ella, para lograr la aceptación.

“A mí en lugar de esconderme la botella, me escondían el teléfono. Perdí amigos, familia, trabajo...vivía como un alcohólico”, recuerda.

El doctor Prado explica que los hijos aprenden de los padres el sometimiento y la dependencia, por lo que se vuelve su forma de vida. “No es hasta que el dolor les es suficiente cuando dicen: ya basta”, señala el funcionario. Y el número de asistentes al grupo de autoayuda lo confirma: en 15 años de existencia, ha recibido cientos de mujeres, pero sólo 50 asisten regularmente. “Quizá de 10, se queda una”, precisa Alejandra.

Para el tratamiento de ésta patología, los grupos de terapia y autoayuda recurren al método de los doce pasos, utilizado en los grupos de Alcohólicos Anónimos; pues la solución a ambos problemas es muy similar.

Desde el punto de vista sociológico, el problema toma otras dimensiones. Según el doctor en sociología y académico de la UNAM, Roberto Bermúdez, ésta patología es un círculo vicioso que sólo puede romperse buscando un desarrollo humano y económico. “Y la educación de este país no ayuda mucho, es difícil no volverse sumisa cuando toda la información recibida va encaminada a eso”, precisó el maestro.

Bermúdez coincide con Ángel Prado en que los codependientes aceptan el sufrimiento porque eso es lo que tienen y lo que conocen. Para avanzar en la solución de este problema, advierte el sociólogo, se requiere adoptar una cultura más adecuada a la aceptación del otro y de los otros, “donde haya complementación y no interdependencia, porque no se trata de volverse completamente individualista, sino de volverse un complemento más consciente”.

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/149392.html 

sábado, marzo 17, 2007

Doble condena

En el penal femenil de Tepepan, las internas no pueden celebrar el ser mujeres. Presas y con enfermedad mental, reciben menos atención familiar y juicios más severos, por parte de una sociedad que no perdona que esos delitos hayan sido cometidos por una mujer.

Texto y fotos: Claudia Altamirano

Teresita se apresura a escribir un número de cuenta bancaria en un papel, para dárselo a la licenciada antes de que se vaya. “Tome de ahí lo que guste”, ofrece a la subdirectora del penal, Catalina Borceguí. “Cuente con murallas y carrales completos”, dice la hoja que le entrega. Más abajo, en una especie de posdata, escribe una petición especial: “¿Me deja ir a mi casa particular? Aquí no me hallo”.

Robo de infante es el delito por el cual Teresita fue recluida. Esquizofrenia el padecimiento que la llevó al penal de Tepepan, a donde son trasladadas las inimputables, es decir, mujeres que cometieron un delito como resultado de un trastorno mental. A pesar de haber sido una notable doctora y tener un nivel económico desahogado, hoy Teresita pasa el tiempo bordando manteles y escribiendo innumerables cartas en las que siempre pide lo mismo: ir a un sitio donde pueda hallarse a sí misma.


El antiguo Centro Médico de los Reclusorios se convirtió, luego de sólo dos años de operación como tal, en un penal femenil con una población actualmente muy pequeña -189 contra los miles que suele haber en otros penales-, por lo que las internas viven holgadamente en comparación con los penales varoniles y, más aun, con el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (Cevarepsi), la cárcel para enfermos mentales que, con una capacidad para 200, recluye a 353 internos.

En un área especial para ellas, las 61 internas psiquiátricas de ese penal reciben tratamiento y permanecen ahí, divididas del resto de las internas por sólo una puerta que se abre fácilmente. Los pasillos son largos, anchos y luminosos; las áreas verdes son tan extensas que hay varios árboles frutales y se les permite, incluso, dar albergue a decenas de gatos, que acompañan a las internas en su encierro, a cambio de la comida que hallan en la basura y un cómodo lugar donde vivir.

Ellas lavan a mano su ropa, tienen una televisión donde ver “sus novelas”, un reproductor donde escuchar la música que prefieran y un auditorio donde ensayan un bailable. Casi todas bordan o tejen mientras toman el sol. El aspecto del lugar es de un asilo o un lugar de descanso, pero la sala de visitas revela la otra realidad: todas las sillas están montadas sobre las mesas, pues casi nunca reciben visitantes.

A diferencia de los internos del Cevarepsi, donde algunos incluso reciben visita conyugal, las mujeres de Tepepan están prácticamente olvidadas: los familiares parecen no querer saber nada de su pariente; la que se robó un niño, la que mató a sus hijos o a su madre, la farmacodependiente, la loca. La hija de una de ellas, viaja hasta el pueblo de Tepepan, en la delegación Xochimilco -donde se encuentra ubicado el penal-, para llevarle ropa y provisiones a su madre, pero nunca entra a verla.

Es por ello que la condena de las inimputables no es más fácil de sobrellevar que la de los hombres, aunque la purguen en un penal mucho mejor que el resto. El beneficio de preliberación al que tienen derecho por su enfermedad mental, no puede aplicarse si no hay un familiar que se haga cargo de ellas y garantice la continuidad de su tratamiento; por lo que, incluso al haber cumplido su sentencia, muchas de ellas no pueden abandonar el penal, al no tener nadie que responda por ellas. Las autoridades tienen prohibido poner en libertad a un enfermo mental que podría acabar en la calle y, al no estar medicado, sufrir un nuevo brote sicótico, que le llevaría a cometer otro delito.

Por si fuera poco, las necesidades particulares de las mujeres se complican en un sitio como éste. Durante su recorrido, la subdirectora se topa con múltiples peticiones y quejas, desde llamadas a un abogado hasta pleitos entre internas, por mera intolerancia. Una anciana alta, muy delgada, de cabello lacio y muy largo, le pide atención exclusiva para acusar a Valentina e indicarle que ya no hay pañales, por lo que tuvo que ensuciar sus pantalones. La licenciada le dice que va a revisar eso, siempre y cuando no los quiera para venderlos, pues la anciana, dice, hace su negocio con ellos. Más adelante, Valentina le da su propia queja y se molesta porque postergan sus peticiones.

“Las mujeres son más difíciles de controlar”, señala la funcionaria, al compararlas con los varones inimputables. “Son más desobedientes, caprichosas y demandantes”.

Muy pocas permanecen en silencio, pero ninguna grita ni se violenta. Casi todas se acercan a hablar con Borceguí, a mostrarle el avance de su “costurita” (bordado), a preguntarle cuando saldrán de ahí, a reclamar por su presunta inocencia. Miriam es de las pocas que sonríen; es una chica muy joven, de complexión robusta y rostro amable, que no dice nada, sólo se acerca un momento y sonríe a los extraños.

Mientras en el Cevarepsi todos los hombres se acercan a saludar a los visitantes y su guía, extendiendo varias veces su mano, diciendo “Buenas tardes” y pidiendo salir en la foto, las mujeres de Tepepan son más bien reacias, algunas miran a la visita con desconfianza y ninguna pide ser fotografiada. Temen ser expuestas y que el rechazo de la sociedad sea aun mayor.

Su experiencia con la prensa no ha sido del todo satisfactoria. Claudia, una mujer de más de 50 años que ha pasado los últimos 18 pagando por el homicidio de sus hijos, fue difamada en una pseudo investigación realizada y televisada por Carlos Trejo, el “cazafantasmas”. Buscando material para su programa, Trejo entró a la casa que Claudia habitaba, pidió información sobre su caso y aseguró cosas que nunca sucedieron; pero la esquizofrenia paranoide de Claudia impide que proceda una demanda por difamación. Por ello y a pesar de su gran amabilidad, su dulce voz y su impresionante belleza, Claudia no quiere hablar ni ser fotografiada.

Robo es el delito más común en éste centro de reclusión y la esquizofrenia el padecimiento más común; mientras que la mayoría de las enfermedades mentales están asociadas a la farmacodependencia. El factor genético es muy poco frecuente pero sumamente poderoso, pues ha llegado a destruir una familia entera. Una interna que padecía esquizofrenia, cuenta Catalina Borceguí, fue referida a ese penal por haber matado a su hermano, quien también era esquizofrénico. En contraste, otra mujer que mató a su madre durante un brote sicótico, obtuvo su preliberación a los nueve meses de haber ingresado, gracias a su hermana; quien comprobó tener los recursos y la voluntad de hacerse cargo de ella y de su tratamiento, con la seguridad de que los medicamentos la mantendrían exenta de nuevo brotes sicóticos y que ambas estarían a salvo.

Para no soslayar el Día Internacional de la Mujer, funcionarias e internas del penal de Tepepan preparan una serie de eventos a llevarse a cabo el 8 y 9 de marzo. Los preparativos y el evento en sí mismo rompen con la rutina de un sitio que, pese a su aspecto tranquilo y por momentos acogedor, sigue siendo una cárcel; donde las mujeres pagan una doble condena: la del delito que cometieron y la del mal que padecen, cuya verdadera dimensión y sufrimiento son conocidos sólo por ellas.

“No hay un derecho a morir”

Antes de pensar en aprobar la eutanasia, México debe regular otras alternativas para enfermos terminales, como la abstención terapéutica ; sugiere el especialista en bioética Hans Van Delden, quien asegura que Holanda no es el “paraíso” de la eutanasia.

Claudia Altamirano
Foto: eitb24

El alto costo del tratamiento para el sida fue motivo suficiente para que Alfonso se dejara morir. Con un buen empleo en una importante empresa crediticia y una vida satisfactoria, la noticia de estar infectado con el VIH lo devastó, al punto de optar por la eutanasia pasiva para terminar pronto con su sufrimiento y evitar, a la vez, convertirse en una carga económica para su familia. Su hermana, la última pariente que le quedaba, aceptaba su homosexualidad pero, ignorando aun los alcances del sida, le daba de comer en trastes especiales, pues quería proteger a sus hijas. “Adoro a mi hermano pero no sé qué es esto y tengo hijas que cuidar”, decía. Así, Alfonso renunció a su empleo, se negó a recibir tratamiento y no luchó ni un momento por su vida.

Como Alfonso, en todo el mundo hay personas que se niegan a seguir esperando resultados de una larga discusión sobre la eutanasia y el suicidio asistido. Inmaculada Echeverría, una mujer española de 51 años que padece distrofia muscular, solicitó, hace cuatro meses, se le desconectara del respirador artificial que la mantenía viva. El pasado jueves, el Consejo Consultivo del gobierno autonómico de Andalucía le concedió finalmente el deseo de terminar con una vida de “enfermedad y opresión”.

Aunque, como dijera el director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, Fernando Cano, resulta ingenuo pensar que en México el tema de una muerte con dignidad esté en sus albores, el grupo parlamentario del PRI en la Asamblea Legislativa presentó en noviembre pasado una iniciativa para legalizar la eutanasia, para lo cual propuso realizar un referéndum en febrero pasado que mostrara la opinión de la población capitalina a ese respecto, que finalmente no se llevó a cabo. Sobre esta iniciativa, el doctor holandés Hans Van Delden recomendó a México avanzar en el tema, pero con mesura.


En entrevista, el profesor de ética médica de la Universidad de Utretch sugirió, ante un contexto tan polémico y complicado como el mexicano, regular primero la abstención terapéutica, mejor conocida como eutanasia pasiva, que consiste en renunciar a la prolongación artificial de la vida dentro de un proceso de fallecimiento. Una vez establecido esto en la ley, se pueden considerar la eutanasia activa y el suicidio asistido, precisó el catedrático.


Siendo la eutanasia un fenómeno importante en el contexto del cáncer, y considerando que ese padecimiento es la segunda causa de muerte en México, urge una revisión objetiva al marco legal que tome en cuenta el sufrimiento del paciente, pero también que considere la eutanasia como el último recurso. “Está más relacionado con la forma en cómo el paciente ve la vida que con sus posibilidades de sanación”, reiteró.

“Holanda no es el paraíso”


Con la legalización de la eutanasia, en el año 2002, Holanda se colocó en el ojo del huracán, y a su alrededor se generó todo tipo de temores: que se dispararía la demanda y el número de suicidios asistidos, que se incurriría en asesinatos disfrazados de eutanasia y que los holandeses estaban dispuestos a otorgar a los enfermos su derecho a morir. Pero terminar la vida de un enfermo, esta práctica debe seguir siendo la última opción, según Hans Van Delden.


A casi cinco años de haber sido aprobada la polémica ley, Holanda no reporta una demanda desmedida ni descontrol en la aplicación de la eutanasia: 97% de las peticiones que son presentadas al Comité de Evaluación provienen de un paciente lúcido, y solamente dos de cada cinco son aprobadas. Esto se debe a los estrictos criterios de los miembros del Comité, que para otorgar un permiso para practicar eutanasia o un suicidio asistido exigen la petición escrita del paciente y la opinión de dos médicos independientes que aseguren que ya no hay más qué hacer en ese caso.


Así, para que sea aprobada la aplicación de la eutanasia, aun en Holanda, se requiere que el paciente padezca “un insoportable sufrimiento, sin posibilidades de alivio ni ninguna alternativa razonable de curación”, condiciones que deberán ser avaladas por los médicos, pues si se atendiera sólo la voz del paciente, escucharían solamente su dolor, pero no su situación real.


“Esto tiene qué ver más con la forma en cómo el paciente ve la vida”, refiere Van Delden, quien fue miembro del Comité de Evaluación Remmelink, para el cual realizó diversas investigaciones sobre las decisiones médicas relacionadas con la conclusión de la vida. Es imprescindible que la eutanasia sea vista como un último recurso, advierte el médico, y no un simple escape a una situación dolorosa o el ejercicio de un “derecho a la muerte”. “Holanda no es el paraíso de la eutanasia. No es como si el paciente pudiera exigir su muerte sin que el médico opine”.


Durante una breve visita a México, el especialista impartió dos conferencias sobre el tema, en las que especificó que la llamada Ley 2002 no da apertura total a esta práctica, sino que creó una distancia mayor entre la criminalidad y la práctica médica, que aún tiene restricciones. El reto ahora, señaló, es humanizar la eutanasia, pues el tema se encuentra demasiado medicalizado, dando prioridad al análisis médico sobre la voluntad del paciente.


—¿El número de solicitudes en Holanda no habla, por sí mismo, de un gran sufrimiento?
—“No, habla de un gran número de personas que creen que esta es la única salida. Allá tenemos médicos que les explican que no es así, que hay otras vías. Se habla de dignidad, y a todos nos puede parecer indigno no poder hablar, no poder moverse, pero la verdad es que se puede intentar hacerlo más digno. Hay algo que se llama terapia de dignidad, que es una forma de hacer que ellos encuentren dignidad en la forma en que viven ahora”.


Van Delden subrayó que el objetivo de legalizar la eutanasia nunca fue ni será aplicarla a quien lo pida. “No se trata de decirles ‘Ok, ¿quieres morir? Perfecto, lo haré’. Se debe tratar de encontrar otra manera de lidiar con el problema que tiene”. Lo que se busca, dijo, es estar seguros de que se trata de una decisión bien analizada y consensuada, y que realmente es la única opción para terminar con el sufrimiento del paciente.


Actualmente, la eutanasia activa sólo es legal en Holanda, mientras que el suicidio asistido es permitido en ese país nórdico y en Oregon, Estados Unidos. La eutanasia pasiva, por otra parte, es permitida por la ausencia de acciones punibles, pero aún genera grandes dilemas éticos en la comunidad médica mundial, que ven la abstención terapéutica como una omisión en la labor primordial del médico, que es preservar la vida por todos los medios.