viernes, septiembre 14, 2007

Laicización tenebrosa

Que día.

Un tratamiento frívolo por la mañana infló a tal grado mi vanidad, que olvidé la náusea que me causan -inevitablemente- los treces de septiembre. Pero la euforia me duró poco, pues lo que tuve que ver y oir el resto del día me dejaron las neuronas francamente exhaustas.

"La laicización en el mundo está haciendo cumplir la sentencia de Nietszch, 'Dios ha muerto'. Como respuesta, Doctoievsky agrega 'muerto Dios, todo está permitido". Esta barbaridad, que cualquiera esperaría escucharla de Serrano Limón, Carlos Abascal o algún ilustre miembro del Yunque o el Opus Dei, la escuché del rector de la Universidad La Salle. Sí, con todo y las faltotas en los nombres de esos notables escritores -los cuales escribí mal a propósito, para dejarlo justo cómo lo dijo él-, sí, esta aberración la dijo el rector de una de las grandes universidades privadas del país.

Es de esperarse que sus discursos tengan orientación y contenidos religiosos - es La Salle-, pero mi espanto surge de los cientos de kilómetros de distancia entre recordar a sus alumnos los principios católicos, y atacar directamente al estado laico; culpándolo de las iniquidades -e inequidades- del mundo. Esta "realidad tenebrosa" que vivimos actualmente es, según el rector de la ULSA (un hombre pequeño de tamaño y de conciencia, misma que compensa con grandes complejos), culpa de la "laicización".

Tratando de recuperarme de mi shock, seguí escuchando al hombrecillo con personalidad hitleriana; no tenía otra opción, pues yo fui a acompañar a un muy ilustre y respetable -ese sí- maestro en la entrega de un reconocimiento a su impecable carrera. Haciendo mi mejor esfuerzo por no salir corriendo, me soplé el resto de su arenga, que concluyó con reverencias a la virgen guadalupana y un exhorto a los alumnos para que hicieran lo mismo en su vida diaria.

No entiendo por qué, si los ateos respetamos las creencias de los religiosos, por absurdas que nos parezcan y sea del culto que sea, ellos siguen siendo tan intolerantes -entre ellos y hacia nosotros-, hasta grados francamente medievales.

Mujer Jesucristo......

Aqui va otra de mis blasfemias: Elena Poniatowska no solo cruzó la frontera de la objetividad y tiró por la borda años de profesionalismo periodístico al meter las manos al fuego por un político, sino que ademas, vamos aceptándolo, es muy mala en lo que hace. Acompañé a mi amigo a la presentación del cortometraje "Mujeres X", en cuya producción participó. Amén de lo mala que resultó ser la historia -o argumento-, lo que verdaderamente me sacó de quicio fueron los asistentes. Ni para qué perder tiempo en decir lo obvio sobre Marcelo Ebrard, su estupidísima esposa, la feminoide Malu Micher y algunas invitadas mal disfrazadas de la Corregidora. Pero el speech de Elenita de plano estaba para pedir clemencia: un poema espantosísimo que aludía a mujeres indígenas cuya vida se va en cocinar, lavar, obedecer al marido y atender a los hijos, pero que pretendía exaltar a la mujer hasta un grado divino -sin minimizar la gran tragedia que es vivir como esas mujeres en particular-, con fatales, grotescos resultados.

"Yo soy el agua, soy la que prepara tu comida, soy la que lava tu ropa.....soy mujer aire, soy mujer agua.... soy mujer Jesucristo, soy mujer Jesucristo, soy mujer Jesucristo", se atrevió a exclamar repetidamente, con esa voz escandalosa que lastima los oídos per se, pero que en el micrófono se vuelve una tortura.

No entiendo -y quizá nunca entenderé- ese culto y reverencia hacia las letras (y la persona) de esa mujer. Escribe muy mal y se adhiere a intereses políticos que, de suyo, son oscuros y, sí, tenebrosos.