viernes, diciembre 14, 2007

Da México trato de animales a migrantes

Mientras la estación migratoria del Distrito Federal no puede ofrecer cobijas limpias ni garantizar una llamada telefónica a quienes ahí son retenidos, el Instituto Nacional de Migración no reporta los rubros específicos en que gasta su presupuesto y, cuando se le cuestiona al respecto a través del IFAI, niega la respuesta o envía información errónea.

Texto y foto: Claudia Altamirano

Dormir en un pasillo cubierto por una cobija sucia. Comer alimentos en mal estado y tener un garrafón de agua, pero nada con qué beberla. Recibir una receta errónea por parte de un médico prepotente y sufrir insinuaciones sexuales por parte de un policía. Para los migrantes que son detenidos en la estación migratoria del Distrito Federal, esto es el pan de cada día.

Así lo reportan los activistas de la organización civil Sin Fronteras, que aboga por los derechos de los migrantes y que ha documentado éstos abusos y carencias; que no corresponden al presupuesto asignado para las estaciones migratorias por parte del Instituto Nacional de Migración (INAMI).

Ante las insuficiencias denunciadas por los migrantes, Sin Fronteras solicitó al INAMI, a través del Sistema de Solicitudes de Información (SISI) del IFAI, datos sobre el presupuesto ejercido en la estación migratoria de Iztapalapa y los rubros específicos en que se gasta; obteniendo respuesta en una sola ocasión, con datos de la estación migratoria de Tapachula.

En una consultoría externa solicitada por Sin Fronteras, se hicieron 250 preguntas al Instituto a través del SISI, a fin de conocer los montos precisos del gasto en alimentos, agua, servicios médicos y de limpieza. Con previo cobro de 4.50 pesos por las copias del documento, el INAMI entregó información inexacta e incongruente; por lo que la consultora, Friné Salguero, hizo uso del recurso de revisión que el IFAI otorga a quien recibe información no satisfactoria.

Sin embargo, señala la consultora, este recurso es aplicable una sola vez; lo que deja al solicitante impedido para reclamar nuevamente si la información vuelve a ser limitada.

En el caso de Sin Fronteras, señaló la coordinadora de Vinculación, Karina Arias, el INM no sólo volvió a responder de manera insuficiente, sino que solicitó a la ONG un pago de 800 pesos por su informe 2007 de estaciones migratorias; documento que tampoco detalla los gastos específicos.

El acceso a éste mismo informe fue negado a El Universal por parte del INAMI, pese a que se trata de información pública.

Durante la presentación de resultados del programa IFAI Comunidades, Salguero precisó que el INAMI reportó un gasto en alimentos durante 2006 de 11 millones, 505 mil pesos; 357 mil 421 pesos en agua –sin especificar si fue envasada o corriente- y un millón 890 mil 716 pesos en servicios de limpieza. “Si hay tanto dinero –exclamó Friné-, ¿por qué sigue sucio y la gente prefiere dormir en el suelo?”

Durante los años 2005 y 2006, Sin Fronteras recibió el testimonio de 87 acusaciones por mala calidad en los alimentos; 139 quejas sobre la falta de condiciones para el aseo e higiene personal y 87 casos en que la comunicación con sus países de origen fue imposible; ya sea por el mal estado de las casetas telefónicas o por una restricción en el tiempo de las llamadas.

Así lo refiere el informe sobre la Situación de los derechos humanos de la población migrante en las estaciones migratorias del DF y Tapachula; señalando también 281 declaraciones de las que no se entregó copia al migrante; 37 acusaciones de violencia psicológica, verbal y sexual ejercida por funcionarios; 17 denuncias por trato indigno en el servicio médico y 30 casos de extorsión, ejercida principalmente, por personal de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).

Pese a estas inconsistencias presupuestales, el informe del INAMI proyecta crear, para 2008, el puesto de “especialista en estaciones migratorias”, que implica la contratación de 354 nuevos funcionarios con un gasto de 64.9 millones de pesos anuales; la compra de 30 nuevos vehículos “para traslados cortos entre estaciones migratorias”, con un gasto de 41.8 millones; inclusión de cepillo y pasta de dientes, desodorante y rastrillo en el paquete básico de enseres para los migrantes, para lo cual gastarían dos millones de pesos –aun cuando contemplan donaciones-; 52 millones en nuevo equipo de oficina y sólo 960 mil pesos en equipamiento médico.
Romero niega maltrato

La comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Cecilia Romero, rechazó que la estación migratoria de Iztapalapa en el DF tenga carencias en servicios para migrantes, como alimentos en buen estado, agua y llamadas telefónicas gratuitas.

“Sin Fronteras dice eso, pero nosotros tenemos todo bajo control, sobre todo en la estación del DF, ¿eh? No tenemos nada de carencia. Especialmente en el DF tenemos una gran supervisión”, aseguró.

Asimismo, la comisionada, quien fuera presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe del Senado en la pasada Legislatura, rechazó que la institución haya negado información a Sin Fronteras. “Se les ha atendido hasta la saciedad”, aseguró.

En entrevista, subrayó que toda información pedida por Sin Fronteras, de forma directa o por la ley de transparencia, ha sido contestada, por lo que no sabe “qué más sea necesario”.

Pese a que la organización defensora de los migrantes ha mantenido un proceso de solicitudes de información por un año, en el que se les ha entregado información imprecisa y hasta errónea, Romero afirmó que el Instituto Nacional de Migración ha hablado “ene número de veces” con ellos y dijo desconocer la queja de la organización civil.

Han sido atendidos, insisto, hasta la saciedad en todas las propuestas que hacen, en las quejas que presentan, en las visitas que hacen a la estación migratoria, en todas partes. No conozco el caso específico, sería muy bueno saber de qué se quejan”, puntualizó.

De existir algún problema con la entrega de información, refirió, debe consultarse al IFAI, para saber “por qué no les da la información que debe darles”.

Respecto a la adquisición de vehículos para traslados en la ciudad o entre estados cercanos para 2008, Romero argumentó que los automóviles que ahora tiene el Instituto “ya están muy chafas”, por lo que es necesario reemplazar las suburban por nuevos vehículos.

Una luz

Mientras los empleados de Luz y Fuerza del Centro instalan diablitos, alteran medidores y reciben gratuitamente el servicio de luz, a los usuarios se les castiga el gasto de energía con límites al subsidio, desprotección contra “colgados” y hostilidades; resultado, dice la Compañía, de la falta de recursos humanos y económicos.

Texto y foto: Claudia Altamirano

El humor de Marcela cambia drásticamente cada dos meses. Al ver el recibo de luz en su buzón, se disparan sus niveles de estrés, pues siente que su esfuerzo ha sido inútil: desde hace más de dos años dejó de planchar su ropa, olvidó la aspiradora y el horno de microondas, y desconecta todos sus aparatos al salir. Todo con la intención de reducir su consumo de energía, pues el cobro se triplicó de un recibo a otro: pasó de 400 a 1296, llegando hoy hasta los mil 940.

Al solicitar una aclaración, los empleados la responsabilizaron de éste cobro; argumentando que ése es su consumo real y que, si le parecía excesivo, revisara su consumo y su instalación eléctrica. Con la conocida hostilidad que los caracteriza, le explicaron que debe consumir menos de 500 kilowatts por hora (kwh) para evitar entrar en la tarifa DAC (doméstica de alto consumo), que se aplica al rebasar los 500 kwh y que no tiene subsidio.

Pese a que una familia regular no consume más de 400 kwh –unos 500 pesos- al bimestre, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recibió 2 mil 56 quejas en 2006 y mil 558 de enero a septiembre de 2007; siendo el cobro indebido la principal causa de las quejas.

Aunque el número de quejas ha ido decreciendo desde 2004 a la fecha, el número de casos en los que se logró la conciliación entre empresa y usuario también ha ido a la baja: 72 por ciento en 2006 contra 65 por ciento en el presente año.

"Esos cobros son legales", señala Edgar Olvera, coordinador ejecutivo de la subprocuraduría de servicios de Profeco, " lo que pasa es que mucha gente no sabe de ella y no mide su consumo para evitar entrar en ese esquema de cobro".

Mientras los usuarios deben ahorrar energía para no perder el subsidio, los trabajadores de Luz y Fuerza pueden gastar el triple sin pagar un solo peso: cuentan con el beneficio de no pagar la luz en tanto no superen los mil 500 kwh en su consumo; “cosa que nunca va a suceder, porque ningún trabajador tiene una mansión con tantos aparatos como para consumir eso”, afirma Benjamín, un ex empleado de la Compañía.

Los trabajadores son responsables de la mayoría de los errores en el cobro, admite Benjamín, por la forma en como toman las lecturas de los medidores: las “calculan” con base en consumos anteriores, las omiten o, incluso, llenan papeletas en las cantinas; para evitar hacer los largos recorridos que les tocan.

Así, el consumidor se encuentra a merced de errores u omisiones que les generan cobros altísimos, mientras Luz y Fuerza no tiene forma de controlar a sus trabajadores. Tanto la empresa como el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), justifican estas prácticas con la falta de dinero, que les impide adquirir nuevas tecnologías para la toma de lecturas y evitar errores.

“Ese tomador de lecturas que en vez de ponerte 100 kilowatts te puso mil, porque tiene mil servicios que ir a recorrer, ese ser humano está impedido de tener errores; porque así lo reclama la sociedad. Pero para que me pueda correr el patrón por cometer algún error, pues primero que me dé los elementos para trabajar”, argumenta Fernando Amezcua, secretario del exterior del SME.

Por su parte, el subgerente comercial de Luz y Fuerza, Elías Izquierdo, asegura que se encuentran en un proceso de modernización que subsanará las fallas que tanta molestia generan en la sociedad. La muestra, señala, es que las sucursales ya cuentan con computadoras, ya existe un sitio web y las quejas ya pueden presentarse por teléfono.


Siendo Luz y Fuerza la única empresa que provee de electricidad al Distrito Federal, la única alternativa para los usuarios es el ahorro; para lo cual la Compañía recomienda desconectar los aparatos y apagar los focos que no estén en uso y evitar, en lo posible, el uso de calentadores en ésta época de frío, pues sólo ese aparato podría triplicar el consumo regular.