miércoles, octubre 17, 2007

Ambulantaje: ¿por necesidad?

Dice la vox populi que en México “deja más un puesto que una carrera”. Esto lo tiene claro José, quien a sus 17 años ya tiene estructurado su plan de vida laboral: al concluir los estudios de preparatoria, se inscribirá en pedagogía y, al mismo tiempo, seguirá trabajando el puesto de encendedores que tiene en el Centro Histórico; pues su ingreso, dice, es mejor que lo que ganará con su carrera.

Su puesto fue uno de los removidos con el proceso de reubicación de ambulantes del perímetro A del Centro Histórico. Pese a las negociaciones realizadas entre el gobierno capitalino y sus líderes, los ambulantes decidieron no esperar a que estén listos los predios: se colocaron en las calles del perímetro B, que no está contemplado en el plan de reubicación.

Así se trasladó José a la calle Independencia para seguir vendiendo.

Los involucrados en el comercio informal coinciden en la gran rentabilidad de este negocio, excepto los líderes. Ellos siguen argumentando la necesidad y el desempleo, pero los especialistas y los mismos comerciantes afirman que, aun cuando hubiera más empleo y una mejor economía, el ambulantaje no desaparecería.

El arquitecto y urbanista Víctor Hofmann, señala que los vendedores ambulantes, más allá de existir por necesidad, entienden la dinámica económica de las ciudades; por lo que siempre van a tratar de buscar los lugares donde el flujo de personas sea mucho más numeroso, atraídos por un ingreso que no sólo les permitirá subsistir, sino tener una ganancia y un excedente. Ellos saben que vender en la calle representa ganancias muy superiores a las que tendrían dentro de una plaza comercial.

Las calles, explica el académico de la UNAM, son un mercado cautivo con grandes posibilidades de venta, “lo que hace que ellos estén ahí felices de la vida, porque tienen una venta segura al día, situación que se exponencializa durante las romerías”. Es por ello que la lideresa Alejandra Barrios insiste en que se les permita reinstalarse durante la romería decembrina; lo que significaría que el Centro haya quedado libre de ambulantes sólo ocho días.

“Si bien muchos de los ambulantes surgen por la necesidad de tener un ingreso, y al tener un empleo formal dejen su puesto, también hay muchos otros que entienden que nunca ganarán lo mismo en el trabajo formal que en el ambulantaje. Esos, aunque mejore la economía, seguramente seguirán ahí”, refiere el especialista.

Para el economista Abelardo Mariña, el proyecto económico de las últimas décadas es el responsable de éste esquema, “una persona que le ofrecen una chamba con salario mínimo, sin prestaciones, con horario completo, pues prefiere dedicarse al comercio informal, donde seguramente obtendrá mayor ingreso”, puntualiza el maestro de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Aunque Alejandra Barrios asegura que el proceso de reubicación impacta la economía de cientos de familias, que están en riesgo mientras el gobierno del DF concluye los trabajos de rehabilitación de los predios prometidos, sus agremiados sólo tuvieron que cruzar el Eje Central Lázaro Cárdenas –donde siguen instalados- para seguir vendiendo.

Uno de ellos difiere de la lideresa. Mario, un ginecólogo retirado que hoy trabaja un puesto, reconoce que los ambulantes “sólo piensan en ellos mismos y no en el peatón” y califica como “normal”, que los retiren de las calles.

“Si nosotros estamos transgrediendo la ley, somos los que invadimos las calles; tenemos que ser conscientes y pensar en el bien común”, admite el comerciante.


http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/87116.html

No hay comentarios.: